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Martes, 27 de diciembre 2022, 10:33
Lorenzo Santolino ‘arranca’ su quinta participación en el rally Dakar con la mira puesta en el podio. Mientras el piloto de Sherco enlaza vuelos otro Santolino ya está en Arabia Saudí esperando la salida, su hermano Víctor, que hace las labores de mecánico en la misma categoría que su hermano (motos) pero para una escudería distinta, Rieju. “La vida del mecánico en el Dakar es ajetreada. Lo más duro para nosotros son las pocas horas de sueño que tenemos, ya que empalmamos un día con otro y dependemos de cómo haya sido la etapa de dura”, explica.
“Nada más acabar lo que hacemos es hablar con el piloto, valorar la etapa y ponernos manos a la obra para revistar la moto, arreglar lo que no ha funcionado y revistar que toda queda a punto”, señala.
Esa exigencia horaria trae consigo un desgaste físico: “Perdemos peso como los pilotos, pero no por el esfuerzo físico, sino por el mental. Es complicado manejar todas las situaciones, trabajar sobre tanta presión y con falta de sueño. Con estas condiciones el margen de error es grande, ya que es un trabajo humano”, detalla mientras prepara el esquema mental de lo que tendrá que hacer a partir de hoy: estas primeras horas son fundamentales, ya que lo que haces es dejar todo en su sitio para después operar con seguridad y buena orientación, sino sería un caos”.
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