La última pelea en el fútbol base ya tiene castigo: seis partidos a un jugador por «aplaudir» y solo dos al directivo que le empujó

El desagradable nuevo suceso vivido este pasado sábado durante el partido de la Segunda Provincial Juvenil, que enfrentaba al Helmántico B con el Ribert B en uno de los campos Ángel Pérez Huerta, ha dado a conocer las consecuencias para cada protagonista del acontecimiento.

Cumplido el minuto 84 de partido, un jugador del cuadro visitante, que ya había sido sustituido, se encontraba en la zona de vestuarios aplaudiendo «con actitud provocativa» lo que alertó a varios jugadores y público presente en la grada. En ese momento, un directivo del Helmántico se dirigía al jugador y le propinaba un empujón «provocando la caída» del jugador menor «al suelo».

La situación se fue de las manos con los equipos y espectadores provocando una tangana que dejaba un «puñetazo» al delegado del equipo local (que tenía clara intención de separar), y varios «golpes» entre los equipos, y también con el directivo de por medio. El duelo no continuaba (minuto 85) al considerar el colegiado que el «ánimo de los jugadores y espectadores no era el idóneo». Además, el trencilla solicitaba la presencia de la Policía Nacional, y los mismos se personaban para tomar declaración al jugador del Ribert.

El Comité de Competición ha resuelto el hecho dejando peor parado al jugador menor que al directivo. El jugador del Ribert recibe una sanción de 6 partidos por «provocar la animosidad del público logrando tal propósito», mientras que el director deportivo del conjunto local ha sido suspendido con 2 partidos «por emplear conductas levemente violentas con un contrario, mediando provocación».

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