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La pandemia del coronavirus ha puesto en jaque a todo el sistema del fútbol base; a ese engranaje que arrancaba desde este curso en ‘chupetines’ y desembocada en juveniles. Un proceso gradual de formación que la situación sanitaria corta de raíz. Y con él, la pista a los futuros Sergio López, Fernando Muriel, Bruno Iglesias o Gonzalo del fútbol charro.
“Es cierto que al deporte de base no se le hado ninguna oportunidad de adaptarse a la pandemia, se le ha instado más a la prohibición que a una regulación adaptada por mucho que se vendiera que el deporte era fuente de salud y valores y de ahí las futuras secuelas. El tiempo que llevamos parados es relativamente largo y en etapas de formación cualquier corte a cualquier progresión es muy sensible, es verdad, pero quizás no sea determinante”, señala Óscar Crego, el seleccionador de Castilla y León que bucea en categoría más baja para detectar el talento del fútbol charro, el de la categoría Sub 12, o lo que es lo mismo, la alevín.
Pero no está todo perdido, pues sin saber qué esto iba a suceder —la pandemia y el parón—, Crego tenía trabajo adelantado en una libreta que el día que se retome la competición y la RFEF levante el bloqueo a las competiciones autonómicas se desempolvará: “Llevamos trabajo adelantado bastante tiempo y eso nos ayudará. En nuestro caso, en la categoría Sub 12, llevamos algunas temporadas haciendo un seguimiento de niños en edad benjamín y alevín de primer año con buen resultado a la hora de agilizar la formación de las futuras selecciones alevines, eso quiere decir que esta generación no está perdida y seguiremos poniendo el ojo en ella bien para la Sub12 o para futuras”, revela.
Su puesto es el más comprometido, quizá, de todo el engranaje de detección de talento: ver las estrellas alevines que mañana tendrán que serlo en infantiles, es decir, en el fútbol 11. Y ante la tesitura de que puede haber jugadores que hayan jugado 4 meses como alevines y se vean directamente infantiles, sin esa progresión necesaria, lo tiene claro: “Si algo he podido comprobar en esta pandemia es que hay dos grupos poblacionales que nos han dado una gran lección de adaptación, y unos son los niños, por lo tanto, lo único que hay que hacer es una buena pedagogía y el resto lo harán ellos y ellas. Quiero pensar que la calidad se recuperará en cuanto se coja una velocidad de crucero en las competiciones”, apunta convencido.
El inicio de la liga en Regional Juvenil —con seis equipos en liza, y con el doble derbi charro para abrir boca— eleva el número de licencias activas en el fútbol de Salamanca [la inmensa mayoría de ellas, sénior] hasta las 615. Cifras muy alejadas a las que tendrían que estar en marcha en una temporada anormal. En este sentido, hasta este mes de diciembre solo se han reactivado un 10% del total de fichas que Salamanca tiene en vigor. Sin ir más lejos, a esta alturas el curso pasado la Federación de Castilla y León contaba con 5.919 licencias en marcha, 3.480 de ellas correspondientes al fútbol 11, mientras que las 2.439 restantes pertenecían al fútbol 7.
Sin embargo, el parón en toda la base provincial, así como en las categorías regionales cadete y juvenil —al menos, hasta el mes de enero y dependiendo de la evolución de la pandemia— hace que el 90% de las fichas del fútbol de cantera lleguen a este mes de diciembre en stand by.
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