Cristiano Ronaldo no estaba para humor después de perder casi todas sus opciones de ganar la liga saudí contra el penúltimo clasificado. Cuando finalizó el partido, uno de los preparadores del rival, el Al-Khaleej, se acercó hasta el portugués con el móvil ... en la mano para sacarse un selfie con él. CR7, enfadado y desconcertado ante el revuelo que se monta a su alrededor siempre después de cada choque le apartó de un empujón.
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