El Barça golpea en el Clásico con una goleada poco amistosa

Un Clásico es un Clásico. Da igual que se juegue en octubre, en abril o en julio. Tampoco importa que sea en el Santiago Bernabéu, en el Camp Nou o en el AT&T Stadium de Dallas. Cuando el Real Madrid y el Barcelona se enfrentan no existen los amistosos. Dembélé abrió el marcador en el arranque del partido y Fermín López y Ferran Torres se encargaron de cerrarlo en un duelo en el que los blancos fueron mejores y se toparon hasta cinco veces con el poste, pero que los azulgrana supieron llevar a su lado gracias al acierto goleador.

La competitividad y el querer ganar se notaban desde el momento en el que se conocieron las alineaciones de ambos equipos y es que tanto Carlo Ancelotti como Xavi Hernández salieron con los que se puede asegurar que a día de hoy son sus equipos titulares.

En el Real Madrid, Carletto volvió apostar por la pareja Alaba-Militao en el centro de la defensa y mandó a Kroos y a Modric al banquillo en una decisión que hace pensar que el rol de ambos será menor que el de temporadas pasadas en detrimento de la juventud y el poderío físico de Tchouaméni, Camavinga, Valverde y sobre todo de Bellingham, esta vez más discreto que contra Milan o United. En el lateral izquierdo arrancó un Ferland Mendy que parece solo convencer a Ancelotti.

Tampoco se guardó nada Xavi, que apostó de inicio por Oriol Romeu, al que se le está poniendo cara de Busquets, como pivote junto a De Jong en un centro del campo en el que también estaban Gündogan y Pedri.

El partido arrancó con una larguísima posesión del Barça que acabó con in potente disparo de Oriol Romeu al larguero en el minuto tres de encuentro que dejaba a las claras cuáles iban a ser los planes azulgranas. No tardó el Real Madrid en reaccionar con dos ataques verticales protagonizados por Vinicius y Rodrygo que también mostraban las virtudes madridistas. El choque de estilos pintaba un partido muy abierto que iba a ver como se abría el marcador gracias a la pizarra de Xavi.

Una falta lateral en el minuto 15 iba a hacer que Dembélé, tras una gran jugada de estrategia, se quedase en una posición clara para batir a Courtois, por primera vez titular en esta pretemporada, con un disparo cruzado.

Cuatro minutos después pudo empatar el Real Madrid. Una mano de Araújo en el área permitió a los blancos la posibilidad de igualar el marcador desde los once metros. Con Benzema en Arabia y con Modric en el banquillo, Vinicius afrontó la responsabilidad de un lanzamiento al medio que iba a estrellarse en el larguero de la meta de un Ter Stegen que se había lanzado a su izquierda y que estaba totalmente batido.

A estas alturas de temporada no se podía decir que fuese un partidazo, pero sí un choque más que entretenido entre dos máximos rivales a los que se les notaba que querían ganar ante el buen ambiente que se vivía en las gradas con más de 82.000 espectadores que vivieron unos minutos de locura al final de la primera parte con un gol fantasma, un paradón, una posible expulsión perdonada y dos lesionados en apenas unos instantes.

El paso de los minutos colocaba al Real Madrid en busca del empate y muy superior al Barça. Ter Stegen se levantaba como salvador de su equipo tras un paradón a un lanzamiento de falta de Rodrygo. Tras ello se produjo otra ocasión clarísima para los blancos. Tan clara que Vinicius llegó a celebrar un gol que nunca subió al marcador. Y es que su disparo golpeó en el larguero y botó en la línea dejando dudas de si había entrado o no. El brasileño festejaba mientras sus compañeros buscaban el rechace. Y en esas, un pelotazo se convertía en una clarísima ocasión para los azulgrana tras una pifia de Mendy que acabaría lesionado en la acción.

Dembélé se iba a quedar solo delante de Courtois. Cuando parecía que el segundo se podía dar por hecho, el meta belga demostró que sigue siendo el mejor del mundo. La continuación de la jugada dejaba una expulsión perdonada a De Jong por una fea falta sobre Camavinga, una multitudinaria tangana sobre el césped y a Gündogan lesionado, el segundo por las filas del Barça tras Christensen, que también tuvo que irse minutos antes con problemas físicos.

La segunda parte arrancó con la entrada de dos clásicos como Kroos y Modric a los diez minutos y otra ocasión clarísima para el Real Madrid que una vez más, y ya era la tercera, se volvía a topar con el larguero de la portería de Ter Stegen. Esta vez fue Tchouaméni el que se inventó un zapatazo solo detenido por la madera ante la incredulidad de los jugadores madridistas que no eran capaces de entender como seguían por debajo en el marcador.

Xavi reaccionaba intentando meter piernas frescas. Así Raphinha y Fermín López sustituían a Dembélé y Pedri, curiosamente los dos jugadores que han sonado en las últimas horas como objetivos del PSG. A ellos seguiría el carrusel de cambios con las entradas de Marcos Alonso, Dest, Abde, Ferran Torres y Ansu Fati. Joselu entraba por Bellinghan y Brahim por Rodrygo en las filas madridistas en busca del empate.

Los cambios decantaron la balanza del lado azulgrana. Después de una recuperación en salida tras un mal pase de Kroos, que pidió una falta de Ansu Fati, el balón acabó en los pies de Fermín López, que respondió a los elogios recibidos esta semana con un latigazo con la izquierda que se convirtió en un golazo que prácticamente sentenciaba el choque.

El Real Madrid no se quiso dar por vencido y Vinicius, otra vez más y ya era su tercera (la quinta de su equipo), se volvió a estrellar con el larguero cuando ya lo había hecho todo para batir la meta de Ter Stegen. Los blancos estaban negados. Ya en el cierre del choque Ferran Torres aprovechó otra buena acción de Fermín para rematar una goleada poco amistosa.

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