Objetivo cumplido: el salmantino que perdió 52 kilos con la meta de correr esta dura Media Maratón

Cruzar la línea de la Media Maratón de Béjar siempre es un reto para los participantes debido a la dureza de la carrera. Pero, en el caso de Ismael González, fue una prueba de superación personal cumplida con creces a sus 52 años.

Pesaba 130 kilos en noviembre de 2022 y un día decidió cambiar de vida para mejorar en salud y en movilidad ya que se planteó un final de vida diferente porque, con sus 130 kilos, lo veía más cerca y con preocupación.

Su empeño, constancia y esfuerzo le hicieron bajar 54 kilos, aunque recuperó un par de ellos. «Fue un cambio radical de vida. He pasado de vivir en el sofá a vivir fuera de él porque antes vivía del trabajo al sofá y del sofá al trabajo. Ahora tengo agilidad y ganas de hacer cosas», explica. «Hubo un día que toqué fondo, mi cabeza hizo clic, dijo hasta aquí he llegado y de aquí en adelante soy otra persona» recuerda para añadir que: «Vi a otras personas que habían perdido peso y me lo empecé a plantear». Fue el caso de otra bejarana, Almudena Belloso, a la que veía entrenar por las calles de Béjar ya que quería participar en la Media Maratón y lo logró después de perder 70 kilos

Y uno de los retos que asumió con 52 kilos menos fue participar el pasado domingo en Béjar en la dura Media Maratón por carreteras de montaña en la comarca de Béjar. «Empecé caminando, luego metí un poco más de ejercicio con una bici estática y llegó el momento en el que me cansé de caminar e intenté correr» asegura y añade también que «la distancia de la Media Maratón me la había planteado, pero no correr en una prueba oficial como esa».

Para él, la peor parte de la Media Maratón fueron los últimos metros debido a que el viento del pasado domingo obligó a los corredores a hacer un esfuerzo extra y, además, la subida en la calle Ramiro Arroyo, donde se ubica la meta, es más dura de lo que parece a simple vista.

Pero en aquellos últimos metros, encontró más motivación aún gracias a la presencia de su mujer, Emi García, y su hijo, Iván. «Varias personas me dijeron que me estaban esperando en la meta. El auxilio me viene del Señor, pero el apoyo que tengo en casa es muy importante», afirma Ismael González que dedicó la carrera a su mujer y, también, a su madre, Lourdes Merchán, fallecida hace pocos meses.

El cambio físico es evidente, pero también la motivación y la subida de autoestima que trae consigo cuando una persona realiza un esfuerzo de esa magnitud. «La autoestima principal es verte en el espejo y empezar a bajar tallas porque no encontraba ropa» afirma para añadir que «no solamente es hacer dieta, es aprender a comer». Para ello, Ismael González tuvo que suprimir alimentos poco recomendables para optar por una vida sana de la que ahora disfruta gracias a su empeño y al apoyo inquebrantable de su familia.