Bellingham revienta el Clásico

El primer Clásico de la temporada tiene nombre propio, el de Jude Bellingham, que marcó un doblete que permitió al Real Madrid remontar el gol inicial de Gündogan para salir triunfador y líder de Montjuic. El futbolista inglés demostró que es el jugador más determinante del momento.

Apenas se había llegado al minuto 6 de juego cuando el electrónico ya reflejaba la ventaja del Barça. En una concatenación de acciones desafortunadas para los blancos Gündogan iba a encontrarse delante de Kepa para batirle a placer. Antes, Tchouaméni no acertaba a la hora de cortar un pase y lo enviaba en dirección a su portería para que más tarde a Alaba le faltase contundencia a la hora de ir al suelo. Esa pelota a su vez rebotaba en la espinilla del jugador alemán que ya solo tenía casi que celebrar su primer gol en un Clásico.

El Real Madrid intentaba mostrarse ajeno a lo sucedido y buscaba una y otra vez a Vinicius que, una vez más y como ya es habitual en los Clásicos, tenía que bailar con la fortaleza de Araújo. Sin embargo, las gradas del provisional estadio culé estuvieron a punto de celebrar el segundo tras un disparo al palo de Fermín, la gran sorpresa en el once de Xavi. El onubense se iba a encontrar un balón que le llegaba tras un robo de Gavi a Kroos en el que alemán reclamaba falta, pero que Gil Manzano dejaba jugar. Perdonó el Barça. Se salvó el Madrid.

Los minutos pasaban con el equipo azulgrana bien cerradito y maniatando los intentos de los madridistas que tenían más balón de lo esperado. Rüdiger lo intentaba con un disparo lejano antes de verse sometido a un caño espectacular de Joao Félix que ponía la directa contra la portería de Kepa. Carvajal abortaba a tiempo lo que apuntaba a una clarísima ocasión.

La tensión propia de un Clásico iba a empezar a crecer con un pique entre Vinicius y Xavi. El brasileño se enfadaba reclamando una falta de Araújo a la vez que el técnico le decía que había sido una carga legal y le tocaba la cara en un gesto que quizá sobraba.

El Barça se encontraba cómodo con el escenario del partido y a ello ayudaba las pocas apariciones de un Bellingham atosigado por el marcaje de Gavi, que no le dejaba intervenir en el juego. El Real Madrid le echaba de menos. Solo Kroos destacaba con balón en un centro del campo madridista en el que Valverde tampoco encontraba su espacio sobre el terreno de juego.

Pese a que las sensaciones del Real Madrid no eran buenas, Ancelotti prefería no tocar nada en el descanso y esperar a ver como se sucedían unos primeros compases del segundo tiempo en el que a punto estuvo de marcar el Barça, que de nuevo se topaba con el poste. Esta vez era con un remate de cabeza de Íñigo Martínez. Kepa se encargaba de evitar el gol instantes después atajando un peligroso rechace de Araújo. A todo ello había que sumar la lesión de Mendy, que tenía que retirarse dejando su sitio a Camavinga, que se ubicaba en el lateral zurdo.

A menos de media hora para el final ambos entrenadores decidían mirar al banquillo. Xavi, sabiendo que lo que le faltaba era rematar su superioridad, metía a Lewandowski. Ancelotti, por su parte, consciente de que su equipo no reaccionaba apostaba por un doble cambio dando entrada a Modric y Joselu por Kroos y Rodrygo.

Los movimientos parecieron sentar bien al Real Madrid. Tchoauméni iba a avisar con un disparo lejano que Ter Stegen enviaba a córner. Ese disparo era solo un anticipo de lo que iba a pasar en la jugada siguiente. Jude Bellingham iba a demostrar una vez más que es un jugador diferente y ahora mismo el mejor del mundo. El inglés tuvo que alejarse del área para poder recibir un balón que convirtió en un trallazo que acababa en la red. Ese registro aún no lo había mostrado con la camiseta blanca y qué mejor escenario que un Clásico para hacerlo. El gol de Bellingham ya es un Clásico.

El partido entraba en una fase en la que todo era posible. Ambos equipos querían ganar y se lanzaban a por la portería rival generando una sensación de caos futbolístico. Y sí, en los momentos decisivos aparecen los jugadores decisivos. No hace falta que les diga quien marcó en el descuento el gol de la victoria. Se llama Jude y se apellida Bellingham. Es el pichichi de la Liga y el hombre que reventó el Clásico.

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