Estas son las siete maravillas de Castilla y León según National Geographic

Castilla y León es una de las comunidades autónomas más extensas de España, pero también una de las que más patrimonio natural alberga. Entre montañas majestuosas, cañones esculpidos por el tiempo y bosques milenarios, esta localización guarda auténticos tesoros que cautivan a quienes se aventuran a descubrirlos por cómo la naturaleza se muestra en su máxima expresión. Desde las hoces del río Duratón hasta la imponente Sierra de Francia, National Geographic hace un repaso de las que, a día de hoy, son las siete maravillas de la Comunidad, repartidas por provincias como Burgos, Segovia, León, Zamora, Salamanca y Soria.

En la provincia de León, concretamente al noroeste, nos topamos con el primer espacio natural digno de presenciar. La Montaña de Riaño y Mampodre alberga profundos valles fluciales en los que crecen bosques y hayedos poblados de robles, abedules, acebos y tejos. Y, a los pies de este paraje, hasta 70 pueblos atraen a cientos de turistas que, cada año, se convierten en testigos de su patrimonio e historia, cobijada en iglesias, ermitas y viviendas construidas hace años. Además, uno de los factores que más encanto genera en los excursionistas que van a parar a esta zona es que cuenta con diversos miradores que van a dar a montañas cubiertas de nieve como lo son el de Pandetrave o el de Valdeón.

Otra localización privilegiada de Castilla y León es la de Las Médulas, también ubicada en León. Esta mina, que moldea los valles leoneses que tanta atracción generan en los excursionistas que visitan la Comunidad por sus tonos cores y tooñales, cuenta con miradores tan espectaculares como el de Orellán, desde el que se tiene una de las mejores panorámicas pétreas de la región. Junto a él, también hay que señalar la Senda de las Valiñas o la Senda Perimetral.

En el noroeste de Castilla y León, entre las provincias de Salamanca y Zamora, se extiende uno de los paisajes más espectaculares de la Península Ibérica: el Parque Natural de Arribes del Duero. Este paraje, que sigue el curso del río Duero en su frontera con Portugal, se caracteriza por sus impresionantes acantilados y profundos cañones, esculpidos durante milenios por la acción del agua. La singularidad de su relieve y su biodiversidad hicieron que fuera declarado Parque Natural en el año 2002, convirtiéndose en un refugio para numerosas especies y un paraíso para los amantes de la naturaleza. Entre sus muchos tesoros, destaca una de las cascadas más impresionantes de España: el Pozo de los Humos. Ubicada en el tramo del río Uces, un afluente del Duero, esta espectacular caída de agua de más de 50 metros de altura crea una densa nube de vapor al chocar contra las rocas, lo que le da su evocador nombre. Dependiendo de la época del año, su caudal varía considerablemente, siendo especialmente impresionante en invierno y primavera, cuando el agua fluye con más fuerza.

En el límite entre Soria y Burgos, el Cañón del Río Lobos se alza como una de las joyas naturales más impresionantes de Castilla y León. Esculpido pacientemente por las aguas del río Lobos durante milenios, este profundo desfiladero de más de 25 kilómetros de longitud es un espectáculo de paredes calizas, cuevas y bosques que albergan una biodiversidad excepcional. Además, resulta ser un refugio para la fauna salvaje, destacando la presencia del buitre leonado, que planea majestuosamente sobre los acantilados en busca de alimento. En sus bosques de sabinas, pinos y encinas, habitan otras especies como el águila real, el halcón peregrino y el gato montés.

Uno de los rincones más emblemáticos del parque es la Ermita de San Bartolomé, un templo románico del siglo XIII que se erige en pleno corazón del cañón. Su ubicación, envuelta en un halo de misterio y rodeada de leyendas templarias, añade un atractivo cultural a la visita.

En el noreste de la provincia de Segovia, el Parque Natural de las Hoces del Río Duratón es uno de los enclaves más impresionantes de Castilla y León. A lo largo de su recorrido, el río ha esculpido profundos cañones con paredes de más de 100 metros de altura, creando un paisaje de gran belleza y valor ecológico.

Este entorno es el hogar de una de las mayores colonias de buitre leonado de Europa, además de otras rapaces como el águila real y el alimoche. Entre los acantilados se encuentra la Ermita de San Frutos, un monasterio medieval que añade un toque histórico y místico al lugar.

Sus senderos y miradores permiten disfrutar de vistas espectaculares, mientras que los recorridos en piragua por el río ofrecen una perspectiva única del cañón. Se trata, sin duda, de un destino imprescindible para los amantes de la naturaleza, la historia y la aventura.

Ubicado en el Parque Natural del Lago de Sanabria, en la provincia de Zamora, se trata del mayor lago de origen glaciar de la Península Ibérica. Este impresionante paraje, rodeado de montañas y bosques, es un verdadero tesoro natural que ofrece paisajes de una belleza única.

Con aguas completamente cristalinas, tiene una extensión de más de 300 hectáreas y es un lugar ideal para disfrutar de actividades al aire libre como el senderismo, el piragüismo o la observación de fauna. En sus alrededores, los senderos permiten explorar su rica biodiversidad.

El Circo Glaciar de Gredos, ubicado en la Sierra de Gredos, en la provincia de Ávila, es un espectacular paisaje de origen glaciar que impresiona por su belleza y majestuosidad. Rodeado de imponentes picos como el Almanzor, es una de las formaciones naturales más destacadas de la Península Ibérica. Su forma de herradura, con paredes rocosas que se elevan verticalmente, alberga un pequeño lago de aguas cristalinas en su base. Este rincón de Gredos es ideal para los amantes del senderismo y la naturaleza, ofreciendo rutas que permiten disfrutar de su espectacular paisaje alpino, su flora y fauna única, y la sensación de estar en un verdadero paraíso natural.