E. Burón y O. Martín
Miércoles, 12 de febrero 2025, 16:47
A una hora escasa de la ciudad de Burgos y situado en el noroeste en la comarca de La Bureba descubrimos entre la Sierra de Oña y el valle del río Oca uno de los pueblos más peculiares de Castilla y León, que a causa de la despoblación que acucia los entornos rurales puede estar próximo a su desaparición.
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Bañado por numerosos arroyos y rodeado de plena naturaleza, encontramos un pueblo con tan sólo cuatro habitantes censados. Sin embargo, pese a su pequeña dimensión, Soto de Bureba abarca, en escasos metros, una auténtica joya del románico burgalés.
Se trata de la iglesia de San Andrés, un templo muy peculiar. Durante su construcción se empleó el uso de elementos como la sillería de arenisca y caliza, que a pesar de su sencillez, le da un aspecto robusto y sobrio. Un ábside semicircular y un presbiterio rectangular dividen en dos naves el edificio, cuyo exterior presenta señales del paso del tiempo, pero que conserva su forma original a pesar de los años.
La verdadera joya es su puerta de entrada, que presenta numerosos motivos esculpidos entre los que podemos distinguir dragones, serpientes, un demonio o animales alados difíciles de identificar por completo debido al paso del tiempo. Junto a estos temas, cabe destacar una representación del Agnus Dei con San Juan Bautista y el profeta Isaías.
Una vez dentro del edificio se observa uno de los elementos clave, una bóveda esquifada para nada común en la zona, que distingue esta iglesia de otras de arquitectura similar. Además, llaman la atención la presencia de varios arcos de medio punto que adornan de una manera destacable la estancia.
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Estas obras de arte han llevado a la iglesia de San Andrés a ser declarada Monumento Histórico-Artístico de carácter nacional y en 1981 Bien de Interés Cultural.
Soto de Bureba es uno de los múltiples ejemplos de pueblos que, pese a su escaso tamaño y discreción, alberga joyas artísticas merecedoras, al menos, de una visita y salvarlas así de caer en el olvido.
El viaje a Soto de Bureba son unas 2 horas y 50 minutos en coche desde Salamanca, por lo que es mejor planear con antelación si consideramos visitar este tesoro de la arquitectura románica, y por supuesto ir bien preparados, ya que dentro del municipio no tenemos comercios a nuestra disposición, aunque la tranquilidad compensa el esfuerzo.
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