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El vicepresidente del Gobierno regional, médico de profesión, no parece el mismo desde que estalló la pandemia. Francisco Igea está comedido y moderado en el plano político y afectado en el terreno profesional. “Son compañeros los que han estado en primera línea luchando”, reconoce haciendo un esfuerzo por abandonar su aspecto duro y hacer una concesión a las debilidades humanas. El Gobierno regional hace autocrítica, por no haber tenido material, pero está orgulloso de cómo ha respondido el sistema sanitario en Castilla y León.
–¿Cuándo se empezaron a tomar conciencia de la magnitud de la pandemia?
-En febrero se crea el comité de expertos y empieza a funcionar el teléfono 902, pero ya hablamos de la necesidad del estado de alarma la segunda semana de marzo. El lunes 9 de marzo, por la tarde, lo hablamos con el presidente Mañueco para convocar un Consejo de Gobierno extraordinario el miércoles.
-¿Qué error no pueden volver a cometer?
-Tenemos que tener un stock que nos evite volver a pasar un apuro como el que hemos pasado. Y luego tenemos que tomar decisiones más rápidas, demasiado influenciadas por la política y poco por la epidemiología. Y luego que se ha generado mucha desconfianza en la OMS y en los expertos de la Salud Pública. La gripe A generó mucha desconfianza. Nos hizo pensar a todos los sanitarios que era otra vez la misma historia y eso nos retrasó a todos muchísimo y además siempre hemos querido oír las noticias buenas.
-¿Por qué no se cerró Castilla y León para blindarse ante el foco de Madrid?
-Fue el 10 o el 11, cuando mantuvimos una postura que no fue bien entendida, que fue no cerrar universidades si no confinábamos a la gente, porque de lo contrario se generaba más movilidad. Pedimos desde un inicio restricciones en el AVE y en el transporte colectivo al Gobierno y no lo conseguimos. En Salamanca hay varias complicaciones. Hay un foco epidémico y por supuesto la movilidad de estudiantes de Madrid. Pero ya en días anteriores está la Copa de la Reina y un funeral de contagio con varios casos positivos.
-¿Le pidieron al Gobierno que tomaran esas medidas?
-Sí, y finalmente, el sábado, el presidente Mañueco le pidió al Gobierno la declaración del estado de alarma. Al principio no fueron bien entendidas. Entiendo que cerrar Madrid era una decisión política muy difícil. También desde el punto de vista económico. Habrá tiempo de analizar lo ocurrido.
-¿Cuándo recibió Castilla y León la alerta sanitaria?
- El control de las alertas sanitarias corresponde enteramente al Gobierno por ley y la gestión también. Nosotros recibimos alertas como todos para que mantuviéramos la trazabilidad cuando tuvimos al principio focos locales. Hubo un foco grade en Miranda que fue un caso de super contagio en un funeral y ahora si se ven las cifras, es uno de los sitios de menos problema. Por tanto, si nosotros hubiéramos podido controlar y confinar focos más grades, como era Madrid, las situaciones hubieran sido diferentes.
-¿Si la decisión se hubiera tomado una semana antes se hubieran evitado contagios e incluso muertes?
-Es una evidencia científica. No podemos negarla, pero no me gusta hacer juicio a posteriori. Hay que hacer análisis científicos y ver dónde nos hemos equivocado y procurar que en la desescalada no nos volvamos a equivocar.
-¿Estaba preparada Castilla y León, sobre todo en cuanto a protección del personal sanitario?
-Creo que ninguna comunidad estaba preparada. Confiábamos en la compra centralizada que se había prometido desde el Ministerio de Sanidad, habíamos hecho unas peticiones de material, pero vimos enseguida que las compras no llegaban y que el mercado se bloqueaba y tomamos dos decisiones que fueron polémicas. Una fue hacer un llamamiento a la sociedad para recoger material, que se hizo muy bien porque la sociedad civil respondió muy bien y nos permitió salir del paso en los primeros días. Y la segunda, es que nos permitió abrir muchos canales de suministradores. Pero la verdad es que es una de las lecciones que hay que aprender para que no vuelva a suceder. Y luego hay que aprender otras cosas: cuando uno tiene descentralizadas las compras desde hace 30 años, tomar decisiones de centralizarlo no es buena idea. Y además como el estado de alarma establece la posibilidad de la requisa, eso retrae a muchos proveedores que piensan que se les puede requisar el material. Hay varias decisiones estratégicas que no son acertadas y luego hay falta de stock nacional y de reservas. Nosotros ya hemos decidido que no va a volver a ocurrir.
-Pero antes del estado de alarma, ¿Castilla y León había hecho alguna compra?
-Sí, sí. Habíamos hecho peticiones en febrero pero no había ni aquí ni en ningún país. Finlandia es el único país que yo conozco que mantenía un almacén. Es una situación que uno no espera.
-¿Estaban preparados los hospitales, en concreto el de Salamanca?, ¿por qué no se tomó antes la decisión de cerrarlos a las visitas?
-Bueno, igual que reconozco que hay cosas en las que ha habido deficiencias, con respecto a la gestión de los hospitales los planes de contingencia han funcionado muy bien. Tomamos decisiones de suspender actividad muy pronto, había plan de contingencia de escalado de camas, de escalado de respiradores que ha funcionado muy bien y hay una realidad: nadie ha podido ver en los hospitales de Castilla y León a gente 48 horas en urgencias en una silla o en el suelo. Todo el mundo ha tenido una cama.
-¿Está satisfecho?
-Lo estoy en el marco de una pandemia con un aumento brutal de ingresos. Nadie ha podido decir que no ha tenido una cama o que ha estado 48 horas en urgencias. Los hospitales han funcionado, trabajando muchísimo, con muchísima presión, pero han funcionado, aunque haya sido haciendo un esfuerzo excepcional. Tampoco nunca hemos estado colapsados por falta de respiradores.
-¿A qué es debido el impacto brutal que ha tenido en Salamanca el virus?
-La tasa de letalidad habrá que verla cuando tengamos el estudio serológico y el número de infectados real. Ahora tenemos una estimación, más por Atención Primaria que por diagnóstico de laboratorio. Pero ahora mismo no sabemos muy bien cuánta gente ha pasado el virus. En Salamanca habrá que hacer un estudio con todos los casos y ver qué ha ocurrido, porque es verdad que hay un foco que puede tener que ver con la Copa de la Reina del día 8 de marzo, con algún episodio de super contagio o si ha habido algún incidente que haya producido un mayor número de contagios. Lo que ocurre en Segovia es bastante fácil. Solo hay que ver un mapa. No sabemos muy bien el impacto que ha podido tener en Salamanca la vuelta de estudiantes de Madrid o si hay algunos episodios que hayan podido incrementar la infección.
-¿Y qué ha ocurrido con el contagio de los sanitarios?
-Lo que sabemos es por el estudio del Colegio de Enfermería, porque son los datos que tenemos, ya que Castilla y León es la única Comunidad que publica todos los datos. Los datos de los demás no los sabemos y hay que publicarlos, porque cuando te comparas no solo es para salir bien o mal en la foto, es también para aprender de los que lo están haciendo bien. Nosotros sabemos por el único estudio comparativo que hay, que es la encuesta de enfermería, que no somos ni con mucho la Comunidad que tiene la tasa mayor de contagiados sanitarios. Por delante está Castilla La Mancha, Valencia, Madrid y otras comunidades autónomas. Nosotros creemos que hay dos cosas determinantes para los contagios entre el personal sanitario, que los primeros días, hasta que conseguimos equipos de protección, fueron claves y también hay que tener en cuenta que son la población más expuesta, porque es la que ve a los enfermos. Conocemos casos de algún centro, que durante esos días no registra ningún caso de coronavirus. Es decir, médicos que probablemente se han contagiado en la asistencia en unas fechas en las que ellos no sospechaban que los enfermos que estaban viendo eran enfermos de coronavirus. Pero la cifra real de contagiados se va a parecer a la del resto de los países. Ahora hay una tasa elevada, como la hay de letalidad, porque tenemos menos diagnósticos. Es el problema de no tener capacidad para testear a todo el mundo.
-¿No tenemos capacidad para hacer el test a todo el mundo?
-Ahora mismo no.
¿La tendremos?
-Es difícil. Nosotros ahora mismo hemos hecho 61.000. Somos la Comunidad de mayor tasa de test por 1.000 habitantes o de las mayores. Nos proponen hacer PCR a todos los enfermos que lleguen a urgencias y semanalmente a todas las personas que viven en residencias -en Castilla y León unas 50.000 personas- y podemos hacer del orden de 4.000 cuando tengamos todas las máquinas a tope. Y 4.000 diarias por 7 días son 28.000. Es imposible. A veces se hacen propuesta por gente que parece que no haya multiplicado nunca. Esto lo dijimos el viernes todas las comunidades autónomas y nosotros tenemos desplegados hospitales, laboratorios veterinarios, universidades... Conviene hacer propuestas con números.
-¿Van a empezar a hacer test a los sanitarios?
-Nuestra estrategia primero son las residencias y ya estamos terminando. Testearlos con test rápidos para ver quién ha estado en contacto con el virus y a los que han dado negativo se le hace una PCR, porque los test que nos mandaron eran bastante malos. Eso ha provocado un aumento de diagnóstico tremendo, que ha hecho que parezca tenemos un rebrote o que no controlemos la epidemia y es todo lo contrario. Hemos hecho más test en sitios donde hay más infecciosos. La evolución de la epidemia ya no la miramos así, sino por ingresos y altas. De este tipo de test vamos a tener del orden de 500.000 en las próximas semanas que nos permiten disminuir el consumo de las PCR.
-¿Qué ha pasado con las residencias?
-Una epidemia que es muy contagiosa y que además se ceba especialmente con los mayores, que además dependen de gente que les atiende y que tiene que entrar y salir. Es la situación ideal para que se produzca un estallido. Además, habrá que analizar el modelo de las residencias, que a mí no me gusta. Hay que ir a la asistencia a domicilio o una especie de apartamentos. Este modelo actual continuará, pero tendrá que contar con unas garantías distintas. El viernes ya lo dijo el presidente en el Parlamento regional y hay que darle una vuelta.
-¿En Castilla y León hay más mortalidad en las residencias que en otras comunidades autónomas?
-Estoy convencido de que no. Pero datos, datos no tengo, porque solo los damos nosotros. De los demás yo no los he visto. Los hemos pedido y si no se saben hoy se sabrán mañana, pero no hay manera de ocultarlo.
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