Vox, ¿pero qué te ha pasado?

Vox se presentó como el partido del campo. Vox al principio era «siembra», la única alternativa real, decía, «para acabar con las políticas progres de PP y PSOE que han expulsado de su tierra a los castellanos y leoneses». Hoy Castilla y León se lo reparten entre el PP y PSOE, como si Vox no existiera. Y eso que Castilla y León es terreno abonado para Vox por el peso de la agricultura y la ganadería, la despoblación... y que gobierna ya. Si había un lugar donde su presencia parecía asegurada ese era Castilla y León.

Y sin embargo Vox ha quedado apartado hasta del campo, donde hasta este domingo era difícil encontrar a alguien que no tuviera un amigo o un conocido que fuera a votar a Abascal. Vox ha pasado de ser el partido atractivo, al novio con el que pasas un rato pero que no es para casarse. Es más para picar, para dar celos. Para lo segundo se ve que al campo, que es de derechas, le gusta más Feijóo.

Entre «Siembra» y «Lo que importa», como «Campo», siempre lugar preferente en las campañas de Vox, ha pasado algo más de un año del partido de Abascal en el Gobierno de la Junta. Lo que suele suponer un trampolín, en el caso de Vox se ve que ha sido un paso atrás, una caída de la que no se sabe si se levantará. Del 18,06% de votos que obtuvo en las generales de 2019 en una provincia tan de campo como es Salamanca, al 14,74%. Vox, partido del campo, en toda Castilla y León logró un diputado. ¿Pero qué te ha pasado?

Dicen en el campo que se ha visto muy poco a los de Vox en campaña. Que apenas han estado en los pueblos, que los más conocidos apenas aparecieron. Que si no se pide el voto puerta a puerta, pues como que da pereza votar. Al PP se le vio, también porque son más, y Feijóo estaba en la tele y era el hombre de pueblo que iba a hacer mucho por «el rural».

Vox llegó a la Junta vía campo, y el campo necesitaba acción, y vía decir que iba a cambiar una normativa sobre tuberculosis. Mañueco, ante la polémica ganadera, lo que hizo fue crear un grupo de trabajo y advertir en la Consejería que había que cambiar aspectos, aunque eso no gustara al equipo técnico. Aun así, los ganaderos se fueron con Vox. Un año después, Vox se dio cuenta de que las normas eran las normas.

Vox quiso la Consejería de Agricultura y Mañueco cedió. Y Vox hizo bien porque mantuvo al equipo que tenía el PP, con alguien como Pedro Medina como gestor de la PAC, lo que dio confianza. Pero el resto del dinero lo controla el presidente. Cuando comenzaron las protestas fue significativo que a quien pidieron los ganaderos implicación fue a Mañueco. Y Mañueco, cuando Vox publicó su resolución de tuberculosis con el error de no asegurarse de la confirmación por escrito del Ministerio y el PSOE hizo de esto su campaña contra PP-Vox, Mañueco mantuvo un complicado equilibrio a favor de los ganaderos y sin crear una polémica con su socio.

Vox, ¿pero qué te ha pasado? Que el campo ha visto que manda el PP y en el caso de Castilla y León, que está Mañueco, tan rey de la resiliencia como Pedro Sánchez.

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