La vendimia: menos cantidad, más calidad

Tras unos días marcados por la lluvia, la cooperativa de la bodega Arribes del Duero, situada en Corporario, entre Masueco y Aldeadávila de la Ribera se convierte en un constante ir y venir de viticultores, en estas jornadas de vendimia, de recogida de una uva «de muchísima calidad aunque con poca cantidad», señala Ernesto Egido, presidente de la bodega. En otros años este punto ha recogido hasta 400.000 kilos de uvas «pero este año no pasaremos de los 250.000».

La climatología ha afectado a la cosecha: «A la uva le viene mejor que haga calor y este verano hemos tenido tormentas, incluso días de niebla. La cosecha de este año estéticamente es más pequeña» explica Jaime González, un joven viticultor de la zona. Además algunas viñas de Pereña y Aldeadávila «se han visto afectadas por la enfermedad de mildiu», apostilla el presidente.

Esta cooperativa, que cumple 33 años, tiene la única bodega que sobrevive en la zona, actualizando sus instalaciones y maquinaria, apostando por las variedades autóctonas, como son la Juan García y Bruñal , pero sufre la falta el relevo generacional aunque «tenemos un chico, Manuel, un joven de aquí y esta recuperando viñedos que deja gente mayor y en Pereña tenemos otro grupo de menos de 30 años que serán los que tiren del carro en el futuro», detalla Egido.

En cuento al precio, «la uva debería tener un precio un poco más bajo del año pasado, porque sobra vino, aunque en nuestro caso vendemos prácticamente todo», detalla el presidente que lamenta que no haya una mayor apuesta por este elixir «desde la capital de la provincia y las instituciones por un producto único»

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