«¿Qué hace una vaca como tú en un sitio como este?»

El mercado de ganados de Salamanca volvió a sorprender por el precio que se paga por las reses que se llevan allí para su venta, pero también por la diversidad de ganado que va, debido a la llamada de los precios de récord. Ayer destacó una vaca vendida junto a un corral de terneros, que es algo inusual en un mercado que se caracteriza por exponer reses de 200 kilos y no de 400. Al venderse todo y a un precio alto, los ganaderos aprovechan para sacar reses de sus explotaciones por lo que pueda ocurrir después, con la vista puesta en el final del Ramadán, que ahora mueve las ventas. Así que en el mercado de ganados hubo terneros de todos los pesos, con abundancia también de los que no llegaban a los 200 kilos porque los precios por encima de los 1.000 euros volvieron a reinar en el mercado de ganados de Salamanca.

Hubo 524 cabezas de ganado, de las que 310 eran terneros, 203, terneras y 11, vacas. Había que remontarse hasta el primero del año (7 de enero) para encontrar otro con asistencia superior a los 500 ejemplares, y el de ayer fue el que mayor diferencia en cuanto a número de ejemplares tuvo con la cita anterior: si el 3 de febrero hubo 373, ayer fueron 151 más y eso se notó en el movimiento, porque lo que no faltan son compradores en el momento en el que asiste ganado.

La mala noticia para los usuarios del mercado -en su mayoría tratantes- llegó después de la reunión de la mesa de vacuno de vida de la Lonja Agropecuaria, cuando se confirmó la subida de 0,12 euros/kilo para los terneros (tanto machos como hembras). Hubo quien reconoció que se esperaba que volviera a subir el precio en la Lonja, pero no esta cantidad, que se consideró elevada. Desde la primera sesión de enero y hasta ahora un ternero de «primera» de 200 kilos o una ternera de misma calidad y peso han subido 0,56 euros/kilo. En el caso de los terneros, el precio se sitúa ahora en 1.140 euros kilo a precio de Lonja, y el de las terneras, a 916. Alto, para los tratantes, y bajo, según mantienen los ganaderos en función de las ventas que aseguran que se cierran en las naves.

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