Uva de calidad para los vinos serranos

La Denominación de Origen Protegida de la Sierra de Salamanca ha dado por comenzada una vendimia que se espera con menor cantidad de uva que el año pasado, pero con un fruto de notable calidad ya que el mildiu no afecta a todo el racimo por igual y las uvas están sanas.

Así, según las estimaciones del director técnico de la DOP, Miquel Udina, “se prevé una vendimia tranquila, en ausencia de precipitaciones. Las uvas tienen muy buena acidez, quizás un poco más de concentración y estamos teniendo un buen final de maduración debido a las noches frías del mes de agosto”.

Ya se ha vendimiado en fincas de Sotoserrano, Miranda, Villanueva o San Esteban, según confirman desde la Denominación y algunos de los vendimiadores consultados confirman las expectativas marcadas por Udina. Es el caso de Celestino García Jiménez, de San Esteban de la Sierra, que ha comenzado a vendimiar más pronto que nunca. Con su bodega propia lleva cinco años, pero lleva vendimiando toda la vida y recoge ahora la uva porque “ha cogido el grado óptimo que queremos que coja y no queremos que se pase. Últimamente se demandan los vinos con menos grados que antes. Otros años empezamos por el 5-10 de septiembre. De hecho, quizás por la moda de los vinos con menos graduación es por lo que hemos empezado antes”. Por esa razón y por las espalderas que colocó hace ya dos años en su finca. Cree que también influye en la maduración de una uva que comenzó a desarrollarse bien desde la primavera: “las espalderas son buenas por comodidad para trabajar y la uva está más sana. Creo que estoy vendimiando más pronto por eso. Si llueve y el año es húmedo se ventila más rápido y la humedad puede provocar la botritis. Veo buen año la uva y en cantidad también. Llovió en su tiempo, en primavera”.

Él tiene buena perspectiva de cara a la campaña de vendimia. Otra cosa es la situación de los mercados en los que poder colocar sus vinos. Vende fundamentalmente en Salamanca capital y la Sierra, además de puntualmente en otras zonas como Béjar. Sin embargo, este año, por culpa de la crisis del coronavirus empezó las ventas tardes. “Hasta junio nada, luego julio y algo en agosto pero la gente se vuelve a ir y la hostelería tiene miedo”. Tienen miedo otra vez al riesgo de cierre de establecimientos por el incremento en contagios por Covid, que volvería a afectar de nuevo a las bodegas de la Sierra, que siguen creciendo. De hecho, la DOP cuenta este año con una bodega más, que se ubica precisamente en San Esteban.

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