Un cambio de vida radical: de Madrid a una granja de gallinas en Galinduste

De la ciudad al campo en tan solo un año. Alejandra González y Paula Perulero, con 41 y 25 años respectivamente, han cambiado el metro de Madrid por el tractor, el asfalto por los caminos de tierra y los atascos por los rebaños de ovejas al crear una granja de gallinas camperas en Galinduste porque buscaban un cambio de vida radical. Gracias al esfuerzo y trabajo que han realizado cuentan con 1.500 gallinas de cuatro razas diferentes.

“El proceso para poner en marcha la granja de gallinas ha sido muy intenso, pero a la vez, apasionante y divertido”, afirma Alejandra González, una de las dueñas de la granja. Nunca habían trabajado con gallinas, pero tuvieron claro desde el principio que las criarían en las mejores condiciones, lejos de las jaulas y la alimentación industrial. “Ofrecemos un producto diferente: huevos de razas de gallinas autóctonas con una alimentación basada en cereales, pastos frescos y proteínas y un trato cercano”, reconoce González.

Tras el éxito que han cosechado en estos meses, a pesar de las restricciones que han vivido por el brote de la gripe aviar, Alejandra y Paula quieren duplicar el número de gallinas en su granja y llegar hasta las 3.000 en este mismo año. Por ahora, las cuatro razas que crían son la isa brown, leghorn, araucana y marans.

En total, la granja cuenta con un terreno de 18.000 metros cuadrados más la nave donde duermen las gallinas de unos 500 metros cuadrados. Además, en la zona del casco urbano de Galinduste tienen el edificio de manipulación para lavar y empaquetar “los más de 1.350 huevos que recogemos al día”, comenta Alejandra.

Por ahora, la venta de los huevos la realizan íntegramente en Madrid pero “cuando ampliemos el número de gallinas en la granja queremos vender por Salamanca y hacer una venta más directa”.

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