

Secciones
Destacamos
Javier Amaro era el pequeño de los hermanos y decidió quedarse en Navasfrías y vivir del campo. Se ocupó con la explotación de su padre, la modernizó con maquinaria, pero decidió después seguir sus enseñanzas y mantener su legado. Para él -y para Mari- es fundamental la presencia de «Lolo», el mulo. Antes tuvo otro, que se llamaba «Chato» y que «era muy bueno». «Lolo es jovencito, pero trabaja muy bien. Como tengo que dar cabeceros en huertos pequeños, piso con el tractor al llegar a la punta y con la caballería no piso tanto». Siembra patatas y «cuatro forrajes» para mantener limpio el terreno».
También está orgulloso de no utilizar herbicidas, para lo que también necesita a «Lolo», y de «así producir diferente». Y también, de su riego, «al estilo romano». «Con dos veces que riegues, está hecho. Son huertos pequeños y no puedes hacer un sistema moderno. De todas formas, me gusta más regar así que por aspersión».
Javier Amaro tiene ahora 58 años y se ve un poco como «el último mohicano: aro con mulo y riego como los romanos». «Al final no hay mucha gente que haga esto, a lo mejor algún jubilado que siga con su mulo. Antes lo hacía aquí mucha gente, pero ahora sólo yo». Es un yo que es nosotros porque Javier enseguida apunta que nada sería posible sin Mari «porque somos un equipo».
Cuando se jubilen, creen que la agricultura en esta zona se acabará. «Esto es duro, hay que trabajar de sol a sol y aquí no hay grandes extensiones. Nosotros emprendimos este camino y seguiremos con él hasta que sea. Esto para jóvenes es complicado, a no ser que se le de otro rumbo».
Ahora afrontan las intensas lluvias. En Navasfrías en marzo con 215 litros por metro cuadrado, una cantidad muy superior a la media de este mes (101,9) y también más alta que en 2024 (181). Javier mantiene que ahora el campo está «chorreando» pero advierte de que como es ladera, «en una semana sin llover, se va». Mantiene que tanta agua no les supone un ahorro para alimentar al ganado «porque es terreno duro, hay mucha maleza y pocos pastos». Tiene que mantener el terreno con grada de disco para que no se llene de escobas. Las patatas las siembran en mayo y las recogen en noviembre. «Aquí la primavera llega tarde». «Me gusta esto. Por eso me quedé», dice.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.