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Portugal es un destino habitual de carne de vacuno procedente de España y también, un lugar donde se compran terneros, sobre todo desde provincias tan próximas como Salamanca. Entran en España especialmente desde que se estableció el periodo estacionalmente libre de lengua azul en Portugal y los requisitos para su llegada es que procedan de establecimientos de origen oficialmente indemnes de tuberculosis -Portugal es oficialmente indemne de brucelosis y leucosis- y con pruebas de movimiento realizadas en los 30 días anteriores.
Aún así, no es frecuente que terneros portugueses se vendan en el mercado de ganados de esta provincia, como sí ocurrió, en cambio, este lunes. Hubo ocho terneros y 12 terneras comprados en Portugal, que se vendieron en las instalaciones del recinto de la Diputación de Salamanca dentro del conjunto de las 522 reses que hubo entonces: llevaban crotal portugués pero su procedencia «oficial» era España porque venían de una explotación de Villar de la Yegua.
El tratante que llevó estos terneros al mercado de ganados fue Tomás Plaza, uno de los mayores conocedores del trato de vacuno en Portugal, donde compra terneros desde los años 90. Tampoco es la primera vez que los lleva a vender a Salamanca. Se los había comprado a un ganadero dueño de una explotación que conoce desde hace años y, de hecho, Tomás, ya hacía tratos antes con su padre. Eran cruzados, no llegaban al tono rojizo que tanto gusta en el mercado, y los vendió bastante rápido y eso que, reconoce, el del pasado lunes no fue bueno en cuanto a precios. «En Portugal hay terneros de muy buena calidad», dice, y señala que allí les gusta especialmente el cruce con limusín. Lo que no es fácil es encontrar ganado y es distinto el sistema de venta que tienen porque no se llevan los mercados.
En Portugal, en lugar de centros de compra-venta como es el de Salamanca están habituados a la venta de terneros mediante subastas y Tomás Plaza es un habitual de ellas, como la que celebra esta semana en Fundao y a la que no piensa faltar. Él espera que haya alrededor de 300 ejemplares o algo menos, entre terneros y vacuno mayor. «Salen los animales al recinto y el primer precio que se les pone es muy bajo. Luego empiezan las pujas y sube. El precio al final viene a ser el mismo más o menos que en España», dice. A estas citas que se celebran en distintos puntos de Portugal, y con una periodicidad de 20 días-un mes, suele acudir algún tratante más que también es habitual al mercado de Salamanca.
La dificultan que encuentren los que se adentran en el mercado portugués viene a ser ahora la misma que en España: que hay muy poco ganado. A Tomás Plaza lo que le impresiona es, por ejemplo, la caída del censo de vacas lecheras desde que él empezó a ir allí hasta ahora. También de ovejas y, sobre todo, de cabras. Le llama la atención que incluso ahora le han llegado a preguntar portugueses cómo encontrarlas.
Si necesita ganado vacuno, las zonas con más explotaciones son las próximas a Badajoz. Al norte era donde antes, cuenta Tomás, había más vacas lecheras y ahora sigue siendo esa la zona para encontrarlas «pero el censo ha bajado mucho».
En las subastas públicas -allí leilões- no le suele gustar comprar para evitar problemas de catarros: como tiene clientes ya de años, cuando necesita ganado recurre a ellos. Este lunes sus terneros fueron uno de los atractivos del mercado de ganados. No descarta volver a llevar más, pero sabe cada que semana es diferente, como el precio. «No sabemos si ha tocado techo: todo es oferta y demanda», dice.
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