El agricultor francés es el orgullo de su país. Es el que alimenta a la población. Un agricultor es en Francia tan héroe como un veterano de guerra en Estados Unidos. En Francia, Macron ha puesto a los agricultores y ganaderos por encima de todo. ... En España, en cambio, no es así. En estos años no es que hayan sido criticados, es que han sido los propios ministros del Gobierno los que han acusado a agricultores y ganaderos de contaminar, maltratar animales o hasta de esclavizar. El respeto del Gobierno francés hacia sus agricultores no existe en España.
Publicidad
Segunda diferencia y que hace distinta una protesta en Francia que en España: allí, los agricultores vierten estiércol hasta sobre la Policía y los gendarmes miran para otro lado. En España, no. En España, quien destroza, paga. Y la amnistía no es para agricultores. En Francia, en cambio, la multa es para el colectivo, la asume. En España, además, agricultores y ganaderos viven con miedo a posibles represalias. No es fácil que salgan a la calle.
En Francia, las organizaciones de agricultores son muy fuertes y la agricultura está más profesionalizada. En España está el que vive del campo -la mayoría ya por encima de los 55- y otros que trabajan a ratos porque con pocas hectáreas, no da. Tantos días de protesta como en Francia se hacen difíciles.
En España, la PAC no se diseñó para el profesional y eso resta capacidad de movilización y de futuro. En Francia, sí. En Francia, viven del campo y si en un momento como ahora ven que peligra su medio de vida, lo hacen saber rápido.
Quinta diferencia. En Francia hay más unión. Aquí cuesta hasta que el agricultor y el ganadero vayan juntos. En Francia hay un par de voces y en España, muchas, tantas como protestas se convocan. En parte, porque las organizaciones han tardado en decidirse en un momento de presión por lo que pasa en Europa.
Publicidad
Sexta. En Francia existe un fuerte respaldo social al agricultor. Los agricultores tiran estiércol y el ciudadano lo entiende. En España, está la imagen del caza-subvenciones y no se ha hecho un esfuerzo por hacer pedagogía de la PAC. El plan estratégico en Francia se sometió a debate ciudadano porque su Gobierno considera que es de trascendencia social. En España, la decidió Planas en la soledad de su despacho y todos los consejeros dijeron que vale.
En Francia atacan camiones españoles y su Gobierno encima acusa a España. En España, el Gobierno se queja bajito y aplica la diplomacia, lo que no hizo con Israel para defender a Palestina. En España, llega cereal de Ucrania, hunde el mercado, y el ministro dice que es un sacrificio por la libertad de Europa. Y lo paga el agricultor. Y los problemas del agricultor español son los mismos que los del francés: PAC compleja, filosofía verde que dificulta producir y que cuando les deja, es con condiciones que no exige a terceros.
Publicidad
En Francia, las protestas están controladas por sindicatos. Aquí, a merced de grupos de WhatsApp que no dejan de crecer porque la indignación es grande. Se va a liar, dicen, aunque España no sea Francia.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.