Si a un agricultor o a un ganadero le cuentan esto hace unos años, ni se lo cree. Eso de que lo de que suba o baje la cebada dependa de Trump. Que no importe casi nada, o muy poquito, que la cosecha aquí sea buena o mala para eso del precio, porque si no hay aquí, vendrá de allá, o no. Depende de que imponga aranceles y de a quién. Y de cómo esto cambie los mercados internacionales y las rutas del grano. Por eso ahora el cereal está tan parado y por eso se está tan pendiente de los aranceles de Trump, y de si acaba o no la guerra en Ucrania. Si acaba, el precio de aquí también dependerá de lo que haga la Unión Europea con el cereal de Ucrania y de lo que decida con Rusia.

Publicidad

Quién iba a decir que tal día como hoy una de las preocupaciones de los ganaderos iba a ser el rey de Marruecos, Mohamed VI. Y están pendientes porque anunció que suspendía la fiesta del cordero, y esa noticia ha cambiado el ritmo del mercado de ovino, sin que aún se conozca su alcance, y tampoco si afectará o no a otro tipo de ganado.

Mohamed VI, a través del ministro de Asuntos Islámicos, anunció que tomaba esa decisión por la escasez de ganado por la sequía (hay un 38 % menos que en 2016) y por el precio tan alto que le suponía a las familias la compra de un cordero para la ceremonia del sacrificio. Hablaban en la Lonja de Salamanca de corderos grandes vendidos a 600 euros, aunque algunos exportadores limitaron después esa cantidad a casos extraordinarios.

La realidad es que el rey de Marruecos eximió a los fieles marroquíes de cumplir con esta tradición para no perjudicar a aquellos con ingresos limitados. Y es algo muy excepcional porque la última vez que se anuló la fiesta lo hizo el rey Hasán II, también tras una sequía.

Ante lo ocurrido, existe preocupación entre los exportadores y más porque aseguran que hay envíos que, al suspenderse, no han llegado a Marruecos. También esta semana, de momento, la actividad de barcos desde Cartagena se plantea como mínima. La incertidumbre es alta. Mantienen también que el efecto tardará semanas en notarse. Si se nota. También depende de cuántas familias decidan celebrar el día del cordero. Y de la escasez o no de corderos.

Publicidad

La suspensión de la fiesta ha sorprendido sobre todo porque se produce días después de que Australia anunciara un acuerdo con Marruecos para exportar hasta 100.000 corderos al año. La transacción se había considerado una «prioridad urgente» justo por la proximidad de la fiesta. Australia ofrecía «ventajas considerables», según Marruecos, que hacían viables en precio los viajes, a pesar de la distancia.

Atodo esto, en Salamanca se estaba ayer como si nada. El cordero grande y el lechazo se buscaban en explotaciones igual que hace una semana. Y, sobre todo, los terneros. De momento, nada que intranquilice a los ganaderos. Toca estar pendientes de Marruecos y de Estados Unidos. Quién lo iba a decir.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad