Planas sorprendió, y para bien, desde el punto de vista de los ganaderos. No esperaban, ni ellos ni nadie, que lo que antes era imposible, flexibilizar el control de la tuberculosis bovina, ayer fuera algo vendido por el Ministerio como justo y necesario. No esperaban, después de que los ganaderos salieran a la calle en 2023 por la asfixia de este programa, y también este año, que ahora el ministro dijera que hay que dar respiro al ganadero. Si lo hubiera dicho antes, esa protesta frente a la Delegación de la Junta a lo mejor no se habría producido.
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El respiro no es gran cosa, es chiquitito, la verdad, pero lo agradecen. Se suprimen pruebas a terneros que van a cebaderos y de ahí directos al matadero, pero no a los que pasen antes por el mercado de ganados.
Son chiquititos porque se suprime la segunda vuelta, pero si así lo dice la comunidad autónoma de turno. Se flexibilizan los requisitos para la reposición, pero eso se traduce en que no hace falta la autorización del Ministerio a explotaciones positivas. Se pueden suprimir pruebas previas al movimiento de terneros que van a cebaderos cerrados de zonas libres, pero siempre que lo autorice la comunidad de destino. Lo de actualizar baremos por indemnización habrá que verlo y también cómo pretende aumentar la vigilancia en los mataderos o cómo queda lo de calificar zona de especial incidencia, que no suena a flexibilizar.
Además de la sorpresa, lo más llamativo fue que, después de la conferencia sectorial, el Ministerio de Agricultura publicara una nota de prensa en la que Luis Planas ensalzaba un acuerdo fruto del «trabajo y espíritu de consenso». Y ahí dices, mira qué bien. Pero acto seguido salieran consejeros de comunidades autónomas denunciando justo lo contrario. Ahí estuvo Gerardo Dueñas lamentando que el ministro no hubiera tratado con los consejeros esta flexibilización. O que les citara, una vez más, por videoconferencia.
Dice Planas que lo de ayer es una muestra de que es posible «llegar a acuerdos en cuestiones tan complicadas como esta», y dices de nuevo, olé por el ministro, que ha cambiado. Pero sale el consejero de Cantabria para decir que con él no ha contado, ni con ningún otro consejero. Mantiene que del documento en cuestión, el de los 15 puntos, se han enterado en la reunión. Resulta que el ministro aborda los temas con algunas organizaciones agrarias, las que firmaron el acuerdo, y con los técnicos de las consejerías. Redacta un documento y luego se lo explica a los consejeros, lo mismo que hizo con las medidas tras la tractorada.
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Aún así existe cierta preocupación por Planas, por sus cambios de opinión. Por ejemplo, con la tuberculosis. Los datos de 2023 no son muy diferentes a los de 2022. Y resulta que antes era imposible flexibilizar porque era retroceder y ahora es recomendable dar el paso. Sí cambia que es el fin de la financiación del saneamiento y esta flexibilización sí reduce pruebas. Cambió también de opinión con la EHE: era imposible que diera ayudas y ahora ya sí. Eso lo anunció en un foro ganadero, sin los consejeros. En eso sigue igual.
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