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El fin de las compras de lana española por parte de China hace que este subproducto se acumule en las naves y que el ganadero se encuentre con dos problemas cada vez que esquila: no tener comprador -China era el principal destino- y qué hacer con la lana.
El ganadero José Antonio Sánchez, de Fuenteguinaldo, lo ha salvado este año gracias a su participación, a través de la Asociación Nacional de Ovino de Raza Castellana, en un proyecto europeo, Go Sebastiana, que pretender revalorizar la lana de esta raza. Esquiladores acudieron a su explotación, como cada año, pero junto a ellos iban compradores, en concreto de «dLana».
La diferencia entre este año y cualquier otro está en que, según se esquilaba, se seleccionaban y revisaban los vellones sobre una mesa. Por un lado los blancos, por otro los negros y en una más, los que no valen.
Durante el año, el ganadero ha tenido que comprometerse a cuidar la lana del rebaño a través de cuatro requisitos: no pintar a las ovejas y de marcarse, en el coronilla o con un collar; no dejar para reposición a la oveja que tiene mucho pelo; y esquilar con limpieza. Concha González, de ANCA, explica que de un vellón de 3 kilos, una vez lavado se queda en la mitad por grasa, tierra u otros restos.
El proyecto europeo incluye la creación de un lavadero, ahora que ya apenas hay y eso hace que desde Salamanca una de las opciones más habituales sea lavarla en Portugal. El lavadero se construirá en Arroyo de Cuéllar (Segovia). La empresa compradora lava la lana de cada ganadero de forma aislada y la elabora de forma artesanal. Ha confirmado ya la buena calidad de la castellana.
De momento, esta campaña ha comprado la lana de José Antonio Sánchez -castellana negra-, y en su agenda están otro productor de Abusejo, que ya esquiló, y de Serradilla del Arroyo, dentro de este proyecto que acaba el próximo año.
El ganadero de Fuenteguinaldo reconoce que está contento con la experiencia y no le han parecido muchos los requisitos.
«La lana no se vende nada, no te pagan nada por ella, tampoco te dejan tirarla por los residuos... Tienes que extender los vellones y quitar las orillas más manchadas y no tener restos de pintura. Lo demás, nada», explica. Así se esquiló su rebaño de 300 ovejas. Este año les pagan la lana a 0,65 euros/kilo, que al menos permite cubrir costes, según señala la Asociación Nacional de Castellana. También darle salida a la lana, que ahora es un problema.
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