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La sorpresa de los vecinos fue mayúscula cuando vieron que había un buitre leonado en el pueblo. Eran las fiestas de Tamames, un municipio próximo, y fue a la vuelta, de noche, cuando los chavales empezaron a gritar que había un buitre en Berrocal de Huebra.
El Ayuntamiento contactó con el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) para que se ocupara del animal, pero desde allí, como asegura el concejal Víctor Antona, les enviaban a la Junta de Castilla y León, en concreto a Medio Ambiente. «Ni sé las veces que hemos podido llamar», señala Antona, «y sin éxito».
Con el paso de los días y al ver que el animal seguía allí, los vecinos se habituaron a la presencia del buitre, hasta el punto de que le pusieron nombre: «Manolito». Y «Manolito» estaba un día en el tejado de uno y otro, en el de más allá y a ratos, en el suelo. Al principio los vecinos obedecieron la consigna de no darle de comer para que así se marchara, pero viendo que seguía ahí optaron por ponerle un cubo de agua y darle comida. El buitre bajaba con naturalidad desde el tejado «cuando le apetecía» para beber o alimentarse, sin importarle que hubiera gente. «Al principio -recuerda Víctor Antona- se ve que tenía sed y entonces bajó a un jardín, tiró una regadera y bebió agua. Se veía que estaba habituado a las personas y no era nada agresivo».
El Ayuntamiento contactó entonces con una empresa de cetrería que trabaja con ellos en las fiestas y sus responsables se ofrecieron a adoptarlo, lo que descartó después la Junta. «Nos dijeron que si lo recogía Medio Ambiente, iría al centro de recuperación de «Las Dunas», y es donde está ahora», señala el concejal, que no desiste en la adopción y reconoce que desde el pueblo volverán a intentarla. «Manolito era ya uno más», explica.
La captura, este lunes, no fue nada fácil y los vecinos vieron ahí que «Manolito» no tenía ningún problema para volar. Una vez capturado comprobaron que procedía de un centro de recuperación de aves de Portugal. La teoría que manejan sobre cómo pudo llegar hasta allí es que es un pollo de primer año y que, a lo mejor, tuvo una mala experiencia con algún grupo de buitres una vez que fue soltado. Por corrientes de aire creen que llegó hasta Berrocal de Huebra y allí buscó refugio y protección entre las personas.
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