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Domingo, 31 de julio 2022, 09:50
Los agricultores se enfrentan cada año a las pérdidas que les causan los pájaros que se alimentan de sus cosechas y en especial, como ocurre también este, al de las palomas -domésticas y torcaces- muy abundantes sobre todo en la ciudad de Salamanca y sus alrededores.
Este es el motivo por el que a pesar de que el girasol es este año un cultivo al alza, con 22.045,27 hectáreas en secano declaradas -unas 8.200 más que el año pasado- apenas se vea en el cinturón de la ciudad. Sí es abundante en la comarca de La Armuña o en la de Peñaranda, pero los agricultores huyen de sembrarlo junto a la ciudad porque resulta muy atractivo para estos pájaros.
Tampoco hay apenas girasol sembrado en las zonas de regadío (solo hay 2.951,12 hectáreas pese a la posibilidad de siembra de barbechos) y el motivo es el mismo, el de las palomas y el resto de pájaros que tendrían a ese cultivo como prioritario, lo que causaría importantes pérdidas al agricultor. En el canal de La Maya, por ejemplo, el cultivo mayoritario es el maíz y aunque hay unas hectáreas de girasol apenas se riegan porque es un cultivo de riesgo.
Desde la comunidad tienen claro que si un agricultor desea sembrar girasol, lo aconsejable es ponerse de acuerdo con otros de la zona para sembrar más “y así que al menos los pájaros se repartan”.
La paloma es de las aves que más molestias crea tanto en la ciudad como en el campo, con graves daños también en lentejas, otro de sus cultivos favoritos, aparte, claro del cereal, que al ser abundante permite repartir daños. Hace más de una década que el Ayuntamiento de Salamanca hace actuaciones para controlar el censo.
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