Bernardo García, en su explotación de porcino ibérico.

El popular ganadero salmantino que narra su día a día a través de las redes

Bernardo García es ganadero y se dedica a producir lechones en Santiago de la Puebla. Cuenta su día a día para compartir experiencias con otros ganaderos y mostrar el campo a la gente de ciudad

Susana Magdaleno

Salamanca

Jueves, 28 de marzo 2024, 13:49

Este lunes Bernardo tuvo un día intenso porque con festivos a la vista tenía una larga lista: cambiar a los lechones de sitio porque la semana que viene desteta; pasar el ecógrafo a las cochinas que inseminó hace 21 días; arreglar las tuberías de la lechonera; lavar la sala y desinfectar; o pensar qué iba a hacer con los lechones que tiene delicados cuando limpiara la sala, en el caso de hacer frío. De todos los «dilemas» nos hizo partícipes este ganadero de Santiago de la Puebla en su red X. «Os vais de vacaciones, que disfrutéis mucho de ellas», concluía, tras contar sus «dilemas».

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Bernardo es hijo de ganadero y agricultor, tiene una explotación de porcino ibérico en Santiago de la Puebla con 100 madres y se dedica en ella a producir lechones de 26 kilos. Es de los pocos ganaderos de Salamanca que van aún por libre, sin estar integrados, y reconoce que esto es posible porque tuvo «la suerte» de encontrar un industrial con el que llegó a un acuerdo de precio «olvidándonos de la Lonja». Está muy contento con este pacto a pesar de que ahora los precios de los lechones están en la Lonja por encima de lo que él recibe.

Con lo que no está contento es con el fin del uso del óxido de zinc en piensos medicamentosos. «No sabíamos qué consecuencias iba a tener», dice, y explica que con su prohibición ahora las bajas se han incrementado. «Hay lotes con un 5-6% de bajas y otros que se van al 15% haciendo lo mismo. Ahora, trabajando más produces menos y te cuesta más dinero». «Y cuando se te mueren los animales ya no es sólo el tema económico, es la impotencia de no poder hacer nada», dice.

Bernardo es de los ganaderos que, pese a todo, transmite en redes sociales entusiasmo por su trabajo. «No sé la razón -dice- pero puedo estar un domingo de trabajo con los cochinos y contento». Y habla de lo clave que es organizarse en un trabajo que le exige estar los 365 días pendiente de la granja.

Las redes le han aportado momentos de apoyo en ratos en los que para él no fue fácil continuar. Y tiene en mente ese 2018 cuando se le quemó la granja y se asfixiaron 20 cochinas y 130 lechones, además de los daños materiales que tuvo que afrontar. «Fueron brutales las muestras de apoyo que recibí», recuerda.

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Él empezó a contar su día a día en 2011 en redes sociales y reconoce que recibe tanto mensajes de otros ganaderos, como de personas que no están acostumbrados a la vida del campo y les sorprende lo que cuenta. «Subes cosas por si puedes ayudar a un compañero y también para que la gente que no conoce el campo, vea lo que cuesta producir lo que consume», dice. Cree que la imagen del ganadero ha cambiado, para bien, pero no tanto la economía del productor. Y recuerda Bernardo cómo él se animó a tener redes en 2011 y entonces ya reivindicaba precios justos. Advierte al consumidor que el precio del cerdo no cree que baje por la caída de producción entre bajas, mayor espacio obligatorio en granjas o compañeros que dejan de producir cerdas por el trabajo que dan.

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