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Objetivo de esta campaña: ni una aceituna en el árbol, y es ambicioso porque en la Sierra de Francia es algo que en ninguno de los últimos años se ha visto. Lo habitual es que los propietarios de parcelas, muchos ya de edad avanzada, dejen una gran parte en el árbol porque les es imposible recogerla.
En esta ocasión acaba de iniciarse la campaña de recogida de aceituna en Sotoserrano y la almazara está a tope porque amigos y familiares de los propietarios de olivos se han acercado al municipio para ayudar en la recogida de aceitunas.
El alto precio del aceite de oliva, que supera hasta los 12 euros el litro, es la causa, apunta el presidente de la almazara, Vicente Martín, de tanta ayuda extraordinaria que hará, dice, «que no quede ninguna aceituna en el árbol». «Lo que no quiere ir nadie es a medias, es decir, a recoger la aceituna ni aunque la mitad sea para cada uno porque no le ven beneficio», explica. Vicente Martín había hecho un ofrecimiento el pasado septiembre para que la gente se animara a recogerla, pero no ha tenido éxito. Ya contaba entonces que prácticamente nadie quiere trabajar en esto aunque sea recoger la aceituna del árbol que otro ha cuidado todo el año y llevarse el 60% del fruto. La respuesta casi siempre es «no», y este año no es la excepción, y lo atribuye a que mucha gente cobra ayuda y no quiere declarar más ingresos para no perderla.
Así que lo que diferencia esta campaña de recogida de aceitunas de las anteriores está en la mayor cantidad de amigos y familiares que se han desplazado estos días para ayudar.
La producción apunta a ser parecida a la anterior, que fue mala por la sequía, aunque como llovió desde septiembre, la aceituna es de gran tamaño. Vicente Martín confía en recoger en la zona durante aproximadamente el mes y medio de campaña unos 400.000 kilos de aceitunas, «el 30-35% de lo normal».
La mayoría de propietarios de olivos de esta zona intentaron antes vender el máximo para aceituna de mesa porque el precio ha estado muy alto, a 1,20 el kilo la de mayor tamaño y a 1, la media. Pero el tiempo de recogida es corto, hasta que madure y sí queda para producir aceite. La destinada a aceite, aunque este año no se vende porque los propietarios la usan para consumo, está en torno a los 50 céntimos el kilo.
La otra consecuencia del precio del aceite de oliva es que a diferencia de otros años, la almazara no tiene que pagar por la retirada de los desperdicios que quedan de molturar. La explicación está en que este año hay mercado para el aceite de orujo y como se necesita materia prima, Sotoserrano ha pasado de pagar 550 euros diarios a nada, solo el porte. «Hay que tener en cuenta que el 90% de cada aceituna es desperdicio», explica Vicente Martín.
En Sotoserrano la variedad de aceituna que se moltura es la manzanilla cacereña, «la mejor para mesa», dice el presidente de la almazara, y «da un aceite fuera de serie». Si otras zonas apuestan por otras variedades y también si otros años tanta aceituna queda en el árbol es por su rendimiento: de cada 100 kilos se obtienen solo entre 8 y 10 litros de aceite, muy lejos de la cornicabra (20-22 litros) o de la picual (25-26). «Al menos este año no se queda en el árbol».
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