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José Antonio Sánchez, con sus ovejas, en Fuenteguinaldo. ARCHIVO
El «milagro» de la oveja negra

El «milagro» de la oveja negra

Dejan por censo de estar en peligro de extinción y ganaderos como José Antonio Sánchez tienen mucho que ver con ello 

Jueves, 19 de diciembre 2024, 18:11

José Antonio Sánchez es de los que creen en el potencial de la oveja castellana de variedad negra, a pesar de que su lana vale menos que la blanca y, por lo tanto, su cría resulta menos rentable. Él es uno de los que ha contribuido a que se lograra el «milagro» de la raza castellana negra, que está por censo ya fuera de peligro de extinción, en un momento en el que el ovino se encuentra en caída libre.

En Salamanca no quedan rebaños enteros de castellana negra, como sí pasa en Zamora. En la provincia está José Antonio, de Fuenteguinaldo, que es de los que más tiene: unas 320, el 75% de su rebaño. Se dedica a la venta de lechazos y de sementales y tiene en su cabeza la oveja castellana ideal, que en su caso no es la más alta ni la más estilizada. A José Antonio su selección le lleva a dejar ovejas «más pequeñas, fuertes, bajitas, anchas y que críen bien, aunque las castellanas crían en general bien».

Su otra peculiaridad es que deja en la explotación corderos que nacen mellizos con la idea de que cuando sean reproductores tengan más posibilidades de que también sus crías nazcan de dos en dos. Y el otro «secreto» que mantiene con demanda su explotación sabe que es la sanidad, de ahí que participe en programas de control de maedi-visna o de resistencia al scrapie. Y con estos ingredientes, lo que más vende son sementales de raza castellana, sobre todo con destino a Ávila, Palencia, Burgos o provincias gallegas. Las ovejas suelen ser por encargos más concretos, como el que tiene ahora de una veintena para una ganadero salmantino. Un semental está entre los 150 euros al destete, a los alrededor de 250, al año.

Su idea es mantener el número de ovejas, y seguir con las negras, aunque en un futuro llegara a quedarse sin la subvención cuando se confirme oficialmente que deja de estar en peligro de extinción. Lo que no puede hacer es crecer porque tiene las ovejas en parcelas arrendadas «y las que tengo son las que puedo tener porque no encuentras más», advierte, y explica que «la gente se mata por las hectáreas». «El problema está en la PAC, que está mal enfocada», señala en relación al peso que tiene la superficie en las ayudas.

Tiene claro que si tuviera que llevar las ovejas cada día por el campo y no tenerlas, como hace ahora, en parcelas de día y en la nave de noche, «no tendría ovejas» por lo sacrificado que es. «Las ovejas no son como las vacas: hay que estar muy pendientes y con los corderos el primer día es clave para que sobrevivan», dice.

El problema que ve en la oveja negra es el precio de la lana. Este año, aún estando baja la blanca, pagada a unos 5 céntimos el kilo para quien encontraba comprador durante gran parte de la campaña, aún lo estaba más la negra: que se comercializaba a menos de 3 . En la venta del lechazo, blanco o negro, no hay diferencia de precio. En este sentido, José Antonio Sánchez lo que advierte que hay es diferencia entre lo que se paga en la realidad o al menos en su zona y lo que marca la Lonja de Salamanca. En su caso tiene problemas para que le recojan en ocasiones lechazos para la Indicación Geográfica Protegida porque Fuenteguinaldo, a veces, no encaja en la ruta.

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