Las ovejas salmantinas resistentes al Brexit

Jesús trabaja en Aldehuela de Yeltes con su padre pero él es quien se ocupa del rebaño, porque le encanta. Aprovechó que un día su padre decidió quitar las 1.200 ovejas que llegó a tener porque “daban mucho trabajo” y empezó a criar las suyas. Vio estas ovejas grandes, de cabeza y patas negras y no dudó ni un momento en saber que eran las que él quería. Los carneros los cruza con oveja castellana negra y de ahí salen “corderos de todo tipo”, dice Jesús, desde negros enteros con forma suffolk y luego la parte negra en alguna pata, todas, cabeza...Afortunadamente están muy extendidas por Asturias, por lo que el Brexit no es un problema para cambiar la sangre.

Están en una finca de 150 hectáreas y comen lo que quieren. De ellas Jesús destaca la docilidad, aunque también tiene claro que se nota la “frialdad” inglesa y son ovejas de un solo parto al año. Suelen ser gemelos, eso sí, o animales muy grandes ya nada más nacer. Los machos llegan a alcanzar los 160 kilos -un carnero castellano está sobre los 90- y las hembras, 110. En Salamanca apenas hay ejemplares de esta raza.

Jesús, ganadero casi desde que nació pese a lo joven que es, no se plantea de momento tener su propia explotación. Con su rebaño de ovejas inglesas está más que contento, aunque con llegar a 30 le parece suficiente.

En los concursos de esta raza los criadores suelen teñir de naranja a los animales para que destaquen más, como en esta imagen de Agriflanders.