

Secciones
Destacamos
El mes de julio finalizó con subidas en los precios de los cereales en los mercados de futuros y también en los puertos, tendencia que ya se notó este lunes a la hora de fijar las cotizaciones en la Lonja de Salamanca. Por otro lado, la sequía va a más como consecuencia de las altas temperaturas y la falta de lluvias; la cosecha de pipa de girasol se resiente, lo mismo que la producción de vino y la de aceite de oliva, que caerá en picado. La cabaña de vacuno de leche se está reduciendo de forma significativa, lo mismo que la de vacuno de carne; esto va a plantear problemas de abastecimiento de productos lácteos en los próximos meses y más si se tiene en cuenta que los animales no se recuperan de un día para otro.
A pesar de la gran volatilidad que se registró, incluso dentro de un mismo día, el mercado de futuros de cereales terminó la semana pasada con subidas en trigo y especialmente en maíz, tanto en Chicago como en París; en los puertos españoles este último cereal subió entre 4 y 7 euros por tonelada, con entrega en septiembre. Estos hechos han provocado que la semana haya comenzado en el mercado interior con repeticiones o subidas en Salamanca; por el contrario en Zaragoza, abundaron las bajadas. Por otro lado, este lunes zarpó el primer barco cargado con cereal de Ucrania, tras el acuerdo que se alcanzó hace diez días. Este hecho se tradujo en bajadas en Chicago y París en las sesiones del lunes. Son ejemplos de la extrema volatilidad que no está tocando vivir. En estos primeros días de agosto se han agudizado también los problemas provocados por la sequía y las altas temperaturas. Por ejemplo, los rendimientos en las parcelas de pipa de girasol que se han segado en Andalucía son muy bajos y la “pinta” que tienen las que hay sembradas en Castilla y León no apuntan al optimismo. Suma y sigue: la vendimia se ha adelantado y la cosecha de uva y producción de vino será inferior a la de los últimos años. La producción de aceite de oliva se va a desplomar y pasará de casi 1,5 millones de toneladas que se han alcanzado esta campaña a menos de un millón en la próxima. La ganadería extensiva se encuentra sin pastos y hay que gastarse dinero en llevar agua a las charcas porque estas se han secado, aumentando los costes de producción, que ya estaban disparados.
Ese incremento de los costes ha provocado un aumento del sacrificio de vacas de leche, debido también en parte a los buenos precios que han alcanzado este tipo de animales al ser destinados a carne. A la espera de la confirmación por el Ministerio de la cifra de sacrificios y de la reducción de la cabaña de aptitud láctea, sí que se puede avanzar que este hecho provocará una reducción de la producción de leche y todos sus derivados, lo que se traducirá en precios más elevados y una cierta escasez. Suma y sigue: la cabaña de vacuno de carne también se ha recortado, porque los ganaderos, ante los elevados costes de producción, han decidido reponer y engordar menos animales. Al haberse sacrificado madres nos encontramos también con una reducción de la cabaña. Y el problema es que esto se va a notar sobre todo a medio y largo plazo, porque el número de animales no se recupera de un día para otro.
La situación de los ganaderos que se dedican a la avicultura de carne en régimen de integración tampoco es muy boyante, más bien al contrario, ya que están en una situación de pérdidas. Habrá recorte de la producción de carne de pollo, subidas de precios al consumidor y una cierta escasez durante los próximos meses. En resumidas cuentas, que los consumidores debemos esperar que productos básicos de nuestra alimentación nos cuesten más a la vuelta del verano y esa situación no se va a poder solucionar de un día para otro.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Sigues a César Lumbreras. Gestiona tus autores en Mis intereses.
Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.
Reporta un error en esta noticia
Necesitas ser suscriptor para poder votar.