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Miércoles, 27 de enero 2021, 09:54
‘Filomena’, la otra, la buena, no es un temporal que viene y afortunadamente se va. Ella es todo docilidad y llegó a Salamanca, en concreto a Sorihuela, hace 10 años y para quedarse porque era un capricho de su propietario, Isidro García. Ahora ha cumplido 16 e Isidro quiere que “Filomena” permanezca toda su vida en la explotación y muera allí de vieja porque es la vaca más mimada, la que parece que responde a su nombre y que les sigue casi como si fuera una mascota. “Filomena” entusiasmó a su ahora dueño por su tremenda apariencia, con una cornamenta enorme sobre un cuerpo de escasa envergadura. Es de raza cachena y es fácil encontrarla en Galicia o en Portugal, pero no en Salamanca. En esta provincia hay una treintena de ejemplares repartidos en otros tantos municipios porque, curiosamente, en la mayoría hay solo un ejemplar de esta raza. Es lo que ocurre en Sorihuela, donde “Filomena” convive con otras reses, como limusínas o charolesas, pero con ningún otro ejemplar cachena.
El motivo está en que, igual que le ocurrió a Isidro, la compra de ejemplares cachena suele deberse a caprichos. “Si dieran ayudas, seguro que había más pero todos vamos a vacas más cárnicas: un ternero tarda 5 o 6 meses en venderse desde que nace, pero con los de ella estás 7 u 8”, comenta Agustín. Lo bueno es su productividad y también la calidad de su carne.
“Filomena” aguantó bien la tormenta de nieve, bajo un techado. Aunque dócil con los humanos, sus cuernos y su edad le permitieron hacerse con el mejor sitio.
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