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Si el miércoles lo que sorprendía era el misterio que rodeaba la intoxicación del centenar de buitres aparecidos en Monterrubio de La Armuña, este jueves se agrandaba por la rápida recuperación de los buitres recogidos con vida, que llegan a calificar de milagrosa.
De hecho, este jueves se han soltado un número importante de los que fueron recogidos -eran 41 ejemplares, de ellos 38 buitres leonados y tres negros- repartidos entre el centro de recuperación de “Las Dunas”, en Salamanca y el de Valladolid, y a día de hoy son pocos los que quedan con cuidados veterinarios y solo uno el que murió con posterioridad a la recogida, lo que se considera también extraordinario.
Han sido sobre todo voluntarios, tanto veterinarios como cuidadores de estos centros, los que han estado cuidándolos desde que llegaron el pasado miércoles. En el caso del centro de recuperación de Salamanca, la escuela “Lorenzo Milani” , que gestiona el centro, se ha volcado en su recuperación. Conforme sanan, los buitres se sueltan en el lugar de recogida o en hábitats parecidos para que no extrañen.
La recuperación sorprendió a la Junta de Castilla y León porque no es habitual en el caso de intoxicaciones de aves. Fuentes consultadas por LA GACETA lo atribuyen a que el despliegue de la Consejería de Medio Ambiente y de la Guardia Civil, con ayuda de efectivos de Valladolid y Madrid, permitió que se trataran a tiempo.
De hecho se suceden las felicitaciones de colectivos ecologistas al Gobierno regional desde que ocurrieron los hechos y la colaboración es estrecha ante una de las mayores intoxicaciones de buitres ocurridas en España, con un centenar de afectados de los que se encontraron muertos 56 -de ellos 54 buitres leonados, uno negro y un milano negro-. Todos ellos están protegidos por la normativa y por ello si se demuestra que hubo envenenamiento se consideraría delito ecológico.
Sin pistas
A la espera de análisis de muestras enviadas al Servicio de Toxicología de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia, de momento se mantienen todas las hipótesis abiertas en la investigación. Entre las líneas está la posibilidad de que las ovejas hubieran ingerido diclofenaco, un potente antiinflamatorio utilizado en el ganado que provoca graves daños en las aves.
La pista se sigue después de que el pasado abril se hallara en Pirineos un buitre negro intoxicado por diclofenaco, en lo que era el primer caso detectado en Europa.
Las autoridades europeas y españolas sí permiten su uso porque entienden que los controles que se aplican en el ganado en España no son comparables a los que existen en los países de Asia.
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