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Lunes, 18 de mayo 2020, 12:08
Ya han llegado las primeras cerezas de La Sierra a Salamanca. Fruta temprana que viene marcada por cierta escasez debido a los daños que las lluvias han provocado en el fruto. La variedad Burlat, según señalan en la cooperativa de Sotoserrano, está dañada en su gran mayoría. Hay árboles perdidos del todo con las cerezas rajadas o podridas por los hongos y la humedad. Para colmo, los pájaros se han adueñado de numerosas fincas cuyos propietarios no pueden acercarse aún a recogerlas porque residen en Salamanca o zonas más alejadas y la movilidad está prohibida aún. “Las maduras están rajadas”, señala Francisco Sánchez, al referirse al fruto que hay en la zona de Santibáñez de la Sierra y Santa María de los Llanos.
Y el problema no es sólo en la variedad temprana ya que, tanto Francisco como Joaquín Camaces, apuntan que otras variedades más tardías “están afectadas también “. Sucede con la variedad Corazón Serrano, de segunda campaña, y temen también que pueda verse afectada la destinada a Industria, que tiene una notable producción en la Sierra.
El año pasado se estimó en media cosecha la campaña de cereza pero este año se espera que sea aún peor. La esperanza se encuentra en las variedades tardías, que pueden salvarse aún si el tiempo mejora.
La situación de la cereza es común a otras zonas próximas, como el Valle del Jerte, donde el granizo ha hecho estragos. La última vez, el viernes pasado en la zona de El Piornal. Al menos , la Sierra de Francia se ha librado del granizo pese a que las perspectivas no son muy positivas porque las temperaturas pueden acabar de rematar la producción que se haya salvado del agua. Y es que se espera un incremento notable de los termómetros, que en la zona de Sotoserrano podrán alcanzar los 27 y 28 grados en torno al miércoles, jueves y viernes. Calor que, tras la humedad de todos estos días, es propicio para la aparición de más hongos y, sobre todo, después de no haber podido realizar los tratamientos necesarios durante el mes de marzo. Los precios de venta al público están altos y oscilan, por norma general, entre 4 y 5 euros de media.
En el caso de la vid, la situación tiene mejores perspectivas porque los agricultores han podido realizar los tratamientos que no pudieron con los cerezos. Sin embargo, como reiteraba Carlos Martín, de Santibáñez, al inicio del estado de alarma, muchos propietarios iban a tener problemas porque no son agricultores a título principal o viven durante el invierno fuera de la comarca con lo que, hasta el momento, no han podido regresar a la Sierra. De hecho, hay agricultores que han tenido que hacer por encargo los tratamientos de las fincas de los propietarios que no han podido viajar aún.
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