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Martes, 14 de diciembre 2021, 21:19
Los precios de la energía y los abonos seguirán subiendo en los próximos años, aunque no de una forma tan acusada como en el último; por otro lado, disminuirá la demanda de alimentos para el ganado debido a una reducción de las cabañas ganaderas y también caerá la superficie disponible para cultivos, ante el aumento de la superficie forestal y la dedicada a pastos permanentes.
Estas son las previsiones que maneja la Comisión Europea en su último informe de Perspectivas de los mercados agrarios en la UE de cara al período 2021-2031. En él advierte, no obstante, que es complejo hacer previsiones en el contexto actual, ya que aún no se están aplicando políticas que serán clave en esos años, como la nueva PAC y las estrategias “de la granja a la mesa” y “biodiversidad 2030”.
En lo que respecta a los costes de producción, uno de los principales motivos de preocupación de los agricultores en estos momentos, Bruselas estima que en conjunto seguirán subiendo en la próxima década, aunque a un ritmo menor (+0,7% anual en el período 2021-2031 frente al +1,8% anual entre 2011 y 2021). No obstante, los precios de la energía y los fertilizantes se encarecerán de forma significativa, a razón de un 2,7% anual. Como consecuencia de ello, pasarán a representar en 2031 el 22% de los costes totales frente al 18% que suponían desde 2017. Debido a la disminución de la superficie cultivada y a la reducción de las cabañas ganaderas, el incremento de otros costes se mantendrá más contenido (semillas, alimentos para el ganado, fitosanitarios, gastos veterinarios).
El informe destaca que caerá la demanda de alimentos para el ganado debido a una disminución de la producción de carne de porcino (-7,8% en 2031 respecto a 2021) y a una reducción de las cabañas de vacuno de carne y de leche.
La producción comunitaria de cultivos herbáceos disminuirá ligeramente a medio plazo. La competencia por la tierra en la UE, unida a la expansión de los bosques y las áreas de pastos reducirá la superficie disponible para cultivos. En el caso concreto de los cereales la disminución de la superficie unida a una ligera reducción de los rendimientos dará lugar a una caída de la producción del 2,5% entre 2021 y 2031, situándose en 276 millones de toneladas en este último año. El consumo interno bajará a 254,8 millones de toneladas (-2,7% respecto a 2021) por una menor demanda para alimentación animal. Desde el punto de vista comercial, la UE seguirá siendo competitiva pero tendrá que afrontar la fuerte competencia de ciertos países terceros, en particular los del Mar Negro, lo que reducirá su peso en el mercado mundial.
La producción de proteínas vegetales aumentará de forma significativa debido al incremento de la superficie dedicada a estos cultivos (+19% en 2031 respecto a 2021, hasta 2,4 millones de hectáreas) y a mejoras en los rendimientos. La producción alcanzará los 5,2 millones de toneladas en la UE en 2031 (+33% respecto a 2021) y ello permitirá recortar las importaciones (-37%). La demanda crecerá en torno al 14%, hasta 5,6 millones de toneladas.
Por su parte, la demanda de biocarburantes caerá, dado que está ligada a la de combustibles fósiles (porque se mezclan con ellos) y se espera una evolución a formas de transporte más sostenibles.
El informe también proporciona previsiones sobre la renta agraria y la mano de obra. En lo que respecta a la renta agraria, Bruselas espera que suba ligeramente en el período considerado. El volumen de mano de obra en el sector agrario continuará a la baja, aunque a un ritmo menor (del 1,3% anual hasta 2031 frente al descenso del 1,9% anual en la última década).
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