La brutal subida de los piensos

Los precios de los piensos para el ganado se encarecieron entre un 14,5% y un 32% en 2022, tras haber registrado subidas de hasta el 26% ya en 2021, de acuerdo con los datos del Ministerio de Agricultura. Los destinados al porcino ibérico, por ejemplo, estaban al cierre del año en torno a un 18% más caros que a finales de 2021 y en el caso de los alimentos para engorde de terneros la subida fue del 21%.

El precio de los piensos varía de forma significativa dependiendo de las especies a los que van destinados. A finales de 2022 la horquilla estaba entre los 304,6 euros/tonelada de los alimentos compuestos para ovino lechero y los casi 500 euros que alcanzaron los piensos para pollos y para lechones. Los alimentos para terneros de cebo llegaron a los 409 euros/tonelada (71 euros más que a finales de 2021) y los de piensos para crecimiento de cerdos ibéricos a 417 euros (65,2 euros más que un año antes).

Esos incrementos van en línea con los registrados por las materias primas utilizadas en alimentación animal. De acuerdo con los datos, los cereales se encarecieron entre un 12% y un 16% y superaron con creces los 300 euros por tonelada. La harina de soja, por su parte, subió más de un 25%, hasta los 586 euros/tonelada, en la última semana del año.

De acuerdo con el informe del Ministerio de Agricultura, en diciembre de 2022 en concreto continuó el descenso del precio de los cereales ya observado con anterioridad, aunque en la última semana del mes la tendencia fue de nuevo al alza. A la bajada de las tres primeras semanas contribuyeron la continuidad en el funcionamiento del corredor del Mar Negro, la mejor posición del euro frente al dólar, las buenas condiciones para la siembra de cereales de invierno y la reducción de la demanda. Sin embargo, en la última semana del año se impuso la tendencia alcista probablemente por el temporal de nieve y hielo en Estados Unidos. Por su parte, la harina de soja subió en diciembre debido posiblemente a la demanda de aceite de soja para su uso como biocombustible.

Por otro lado, según la Comisión Europea la demanda de alimentos para el ganado podría caer en un 4,7% en la UE de aquí al año 2032 debido a la disminución de la producción comunitaria de carne de porcino, carne de vacuno y leche. También se espera que la alimentación animal esté menos basada en cultivos y que evolucione hacia sistemas de producción más centrados en la hierba.

Esa es la previsión que maneja Bruselas respecto a la alimentación animal en la próxima década, recogida en su reciente informe sobre perspectivas de los mercados a medio plazo. En él apunta también que la disminución de la producción de carne de porcino, de vacuno y de leche se verá compensada en parte por el crecimiento que se espera en los sectores de carne de ave y huevos.

La disminución de la demanda de alimentos para el ganado conducirá un menor uso de productos con bajo contenido en proteínas (los que tienen menos de un 15% de contenido proteínico, como los elaborados a base de cereales) y con alto contenido en proteínas (más del 30% de contenido proteínico, como las harinas de oleaginosas y de pescado y la leche en polvo desnatada). Por el contrario, una mayor disponibilidad de cultivos proteínicos en la UE podría mejorar el uso de alimentos con contenido proteínico medio (entre un 15 y un 30%), que podría crecer en un 1,1% en 2032 respecto a 2022. En cuanto a los precios, la Comisión espera que los piensos cedan de aquí a 2025 y que a partir de ahí se estabilicen, en un nivel ligeramente superior al que registraban antes de la pandemia.

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