La rosca o rosquilla ha sido siempre una amenaza para el girasol, pero lo vivido este año no se recordaba en la provincia de Salamanca. Se trata de un gusano gris -gusano cortador- de unos 40-55 milímetros. Los vuelos de adultos comienzan en marzo, entierran los huevos y las larvas salen a partir de abril. En mayo fue cuando se empezaron a ver los daños en el girasol causados por estas larvas, que comen de noche y se ocultan de día. En su periodo de actividad roen los tallos de los girasoles desde que empiezan a germinar hasta los 40 centímetros, y las plantas dañadas se marchitan y llegan a morir.
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En Salamanca hay nueve municipios que tienen el girasol como cultivo tradicional y suelen superar cada campaña las 500 hectáreas de siembra. Son Aldeanueva de Figueroa, Canillas de Abajo, Galindo y Perahuy, Calzada de Valdunciel, Carrascal de Barregas, Barbadillo, Valdunciel, Topas y Calzada de Don Diego. En este último municipio este año se han sembrado alrededor de 1.000 hectáreas y los daños por la rosca o rosquilla ha podido superar el 40 % de la superficie sembrada.
Lo ha vivido en primera persona Higinio, uno de los agricultores de este municipio y cultivador tradicional de girasol. Cuando tenía el girasol recién nacido observó que se secaban algunas de las plantas y fue entonces cuando confirmó la presencia de rosca y lo adecuado de iniciar entonces el tratamiento. Durante las siguientes noches se dedicó a tratar, entre las 12 y las 4 de la mañana, las parcelas afectadas. Invirtió unos 2.000 euros en insecticida y, aún así, la plaga seguía. «Era sensación de impotencia», recuerda.
«En 15 días la rosquilla acabó con 80 hectáreas de girasol. En 25-30 años no había visto algo así», recuerda Higinio. Debido al gran daño en sus parcelas, volvió a sembrar el girasol a finales de junio por lo que ahora no lo cosechará hasta noviembre. Los agricultores se encontraron también con el problema de que el ataque de rosca o rosquilla se produjo cuando ya había finalizado el plazo de modificaciones de la Política Agraria Común -PAC-, por lo que ya no podían levantar el cultivo al arriesgarse a una penalización en el caso de inspección.
En Salamanca se han sembrado este año, según datos facilitados por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León, 22.722 hectáreas de girasol, 2.274 menos que el año pasado, cuando se llegó hasta las 27.814, en un año que fue récord en siembra de girasol. No había habido tantas hectáreas en Salamanca al menos desde 2007.
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