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Viernes, 18 de marzo 2022, 17:07
La Comisión Europea ha autorizado a los Estados miembros a relajar los límites máximos de residuos de fitosanitarios establecidos para la importación de ciertos productos, como el maíz, con el fin de que puedan incrementarse las compras en el exterior de ciertas materias primas y cubrir el hueco que deja la interrupción de los envíos desde Ucrania debido a la guerra. El Ministerio de Agricultura publicaba ayer mismo una resolución por la que flexibiliza temporalmente los requisitos específicos para la importación de maíz de Brasil y Argentina, donde hay poco maíz al haber restringido sus exportaciones.
La flexibilización de ciertas exigencias que impiden la importación de materias primas agrarias, porque superan los límites máximos de residuos de fitosanitarios establecidos en la UE, fue uno de los asuntos abordados por los expertos de la Unión en una reunión extraordinaria del Comité Permanente de Vegetales, Animales, Alimentos y Piensos celebrada el pasado viernes.
Bruselas convocó la reunión precisamente para tratar el levantamiento o al menos la relajación temporal de esos requisitos, de forma que se faciliten las importaciones desde países terceros ante la interrupción de las procedentes del Mar Negro. La medida se aplicará, en particular, a las importaciones de maíz de Argentina.
Para evitar una situación de desabastecimiento de ciertos productos en el mercado comunitario, en particular de alimentos para alimentación animal, se multiplican en la Unión Europea las voces que piden que se relajen también los objetivos establecidos en la estrategia “de la granja a la mesa” (que según diversos estudios conducirían a una disminución de la producción comunitaria) y que se revisen ciertas exigencias de la PAC (de la actual y, sobre todo, de la próxima).
De momento, la Comisión Europea está estudiando la posibilidad que autorizar el pastoreo o el cultivo de proteaginosas en las superficies en barbecho declaradas como superficies de interés ecológico.
Sin embargo, cualquier medida dirigida a incrementar el potencial productivo de la UE que vaya en contra del objetivo de sostenibilidad del sistema alimentario que persiguen tanto la estrategia como la PAC tendrían, en principio, carácter temporal.
Esas medidas chocan con el vicepresidente de la Comisión Europea encargado del Pacto Verde, Frans Timmermans, que ha salido al paso de quienes quieren revisar esos objetivos y ha dicho que “no ayudaríamos a la producción de alimentos haciéndola menos sostenible”.
Lo hizo ante la Comisión de Medio Ambiente del PE, donde subrayó que la respuesta no es aparcar la estrategia “de la granja a la mesa” y olvidarnos de trabajar para que el sistema alimentario sea más resiliente. “Necesitamos -dijo- reducir nuestra dependencia de la potasa procedente de otros lugares, incluidos Rusia y Bielorrusia. Necesitamos reducir la cantidad de fertilizantes que usamos y tenemos que reducir los pesticidas que utilizamos”.
Insistió en que la estrategia “de la granja a la mesa” es parte de la solución y no parte del problema y que para no depender de Putin en recursos energéticos y en productos como los abonos tenemos que acelerar nuestra transición a las energías renovables y a sistemas de producción más sostenibles.
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