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Miércoles, 22 de enero 2020, 11:09
Ya es oficial que tres nuevas sustancias fitosanitarias quedarán prohibidas en los primeros meses de 2020. Son el clorpirifós, el clorpirifós metilo y el tiacloprid, cuyas autorizaciones de comercialización expiran próximamente y no se van a renovar por su impacto en la salud y el medio ambiente.
En el caso del tiacloprid, la autorización actual expira el 30 de abril. Este insecticida es el cuarto de la familia de los neonicotinoides que se prohíbe en la UE, sumándose a la clotianidina, el tiametoxam y el imidacloprid. De acuerdo con el reglamento comunitario que recoge su no renovación (publicado en el Diario Oficial de la UE del pasado 14 de enero), a partir del próximo 30 de abril no podrán autorizarse nuevos productos que contengan esta sustancia. En el caso de los productos ya autorizados, los Estados miembros irán retirando las autorizaciones concedidas hasta el 3 de agosto de 2020. Por otro lado, habrá un período de gracia para los productos que ya estén en el mercado que no podrá superar los doce meses.
En lo que respecta al clorpirifós y el clorpirifós metilo, el reglamento que prohíbe su utilización se publicó el 13 de enero. En este caso, la autorización vigente expira dentro de unos días, el 30 de enero. Los Estados miembros retirarán las autorizaciones de los productos fitosanitarios que contengan estas sustancias a más tardar el 16 de febrero de 2020. Cualquier período de gracia que concedan deberá expirar como máximo el 16 de abril de este año.
La nueva comisaria europea de Sanidad y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides, ha subrayado que estas decisiones son “una nueva demostración clara del compromiso de la Comisión de proteger la salud de los ciudadanos de la UE y nuestro medio ambiente” y ha advertido que “la Comisión no dudará en prohibir todos los pesticidas de los que haya pruebas de que tienen un impacto peligroso sobre la salud”.
Reducción adicional del uso de fitosanitarios. Kyriakides ha insistido en que prueba de la prioridad que la nueva Comisión Europea concede a esta cuestión es la estrategia “de la granja a la mesa” que ha incluido en su Pacto Verde europeo y que contempla específicamente objetivos de reducción del uso de fitosanitarios. Aunque la presentación de esta estrategia se había anunciado inicialmente para la primavera, es probable que las líneas generales de la misma se conozcan ya este próximo mes de febrero. Entonces se podría saber el porcentaje preciso de reducción de esas sustancias que se quiere establecer a nivel comunitario.
Es posible que las medidas que se recojan en esa estrategia obliguen a adaptar algunos proyectos en los que se trabaja a nivel nacional relacionados no solo con el uso de fitosanitarios sino también dirigidos a reducir la contaminación procedente de la actividad agrícola y ganadera, como la propuesta para una nutrición sostenible de los suelos agrícolas, el código de buenas prácticas agrarias para controlar las emisiones de amoníaco o incluso el plan para la conservación de los polinizadores.
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