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«Zapatones» con «Olivia», su madre.
La emotiva historia de supervivencia de Zapatones, el ternero «peluche»

La emotiva historia de supervivencia de Zapatones, el ternero «peluche»

Los cuidados de sus dueños le salvaron pese a las secuelas de la EHE, pero casi con dos meses tiene el tamaño de un perro

Jueves, 14 de marzo 2024, 09:34

«Zapatones» es un ternero que nació el pasado 27 de enero con malformaciones: tenía las patas dobladas y la cabeza inflamada. Sus dueños, Satur Martín y Susana Fraile, de Sepulcro-Hilario, lo atribuyen a que «Olivia», su madre, pasó la enfermedad hemorrágica epizoótica -EHE- como otras 17 de las 57 vacas de su explotación ganadera.

Desde que nació, su empeño fue intentar que saliera adelante y hoy pueden decir que está vivo después de sus cuidados. El problema está en que «Zapatones» tiene la altura de un perro y no creen que crezca mucho. Su peso, de unos 60 kilos, «más o menos en orden», tiene claro Susana que lo debe a que «al ser tan bajito, es muy ancho de culo y lomo». «Ahora «Zapatones» tiene las extremidades más o menos normales», explica Susana, «aunque donde se juntan los huesos de las manos tiene unos bultos».

Para que sobreviviera, Susana y Satur estuvieron ocho días ordeñando a la vaca y dándole a «Zapatones» el calostro. A los ocho días, cuando vieron que estaba mejor, lo juntaron con la madre y ya «Zapatones» empezó a mamar de ella. «Olivia» es una vaca cruzada hija de morucha y de charolés.

«Todo han sido cuidados de darle biberón y proporcionarle cama para que él estuviera calentito y bien alimentado», explica la ganadera, «pero no tuvimos que inyectarlo».

Ahora, con casi dos meses, «Zapatones» lleva 15 días con las demás vacas y comparte zona con otros 32 becerros entre grandes y pequeños. «Él corre como los demás pero se cansa rápido y se tumba: su respiración es más acelerada que la del resto de terneros de su tiempo», explican sus dueños.

Ahora, de momento, Susana y Satur prefieren pensar en el presente y no plantearse el futuro de «Zapatones». «Es vivir el día a día con él y ver cómo pasa el tiempo hasta que llegue el momento de destetarlo». Sí reconocen que si no crece, la decisión será complicada. Ahora están felices porque «Zapatones», rompiendo pronósticos, sigue vivo.

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