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Jueves, 10 de febrero 2022, 09:00
Los ganaderos temen una sequía prolongada y han comenzado las prisas por comprar paja para los próximos meses, hasta el punto de que los principales proveedores reconocen que hay “mucho alarmismo” e infundado ahora mismo, según mantienen.
Así, José Manuel Sánchez, uno de los principales vendedores de Salamanca, asegura que hay mucha paja tanto en Salamanca como en otras provincias próximas como Valladolid, Burgos o Palencia y al menos acumulada desde hace un par de años, porque hubo buenas cosechas y no hizo excesiva falta. La situación puede ser complicada, dice, si sigue sin llover hasta mayo pero “sería mucho tiempo sin que lloviera”. En su caso las ventas se han activado prácticamente desde mediados de enero porque hasta ese momento el consumo había sido muy escaso debido al tiempo favorable para la ganadería. Esa ausencia de ventas la veía compensada por la paja que suministra a ganaderías intensivas.
También ve alarmismo Celedonio Herrero, principal exportador de paja desde Salamanca. A la demanda desde la provincia se suma la de los portugueses, que siempre vienen a comprarla a esta provincia desde enero a marzo y también a la exportación, que ahora se ha vuelto a reactivar. Aún así, Herrero coincide con José Manuel Sánchez en que la cantidad almacenada de paja es ahora mismo alta. “Con la que hay es verdad que podríamos tener para el ganado durante los próximos cuatro años. Otra cosa es que se empiece a llevar fuera”, señala.
Ahora son grandes consumidores Holanda, donde aunque tienen hierba suficiente carecen de paja y necesitan para las vacas lecheras, y también, Francia. “Está tirando bastante ahora y creo que la razón es que cada vez siembran allí menos trigo y cebada y van más a cultivos de regadíos, sobre todo al maíz”, apunta.
En este “alarmismo” que detectan influyen las necesidades de algunos ganaderos, sin provisiones actuales de paja para completar la alimentación del ganado; el miedo de otros a no encontrar este producto si la sequía se prorroga; y también el temor de los productores a que por la mayor demanda termine subiendo el precio de la paja y quieren por eso aprovechar el actual. Ahora mismo la paja en paquete grande cotiza en la Lonja de Salamanca a 39 euros la tonelada -en febrero del pasado año estaba a 38- pero desde 2015 no tenía durante este mes un precio tan bajo. Nada que ver con los 77 euros la tonelada a la que figuraba en las tablillas en febrero de 2018.
Desde principio de año la Lonja de Salamanca ha subido 4 euros la tonelada pero no por su escasez sino por el mayor precio del gasóleo, que encarece su transporte.
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