El pilar del regadío en Salamanca, en peligro con la nueva PAC

Los agricultores salmantinos suman una nueva piedra en el zapato, en esta ocasión con la nueva Política Agraria Común -PAC- que se aplicará a partir de 2023 y que atenta contra el maíz, el cultivo que sostiene el regadío en Salamanca. Para evitarlo, la organización agraria ASAJA ha convocado para el próximo día 15 una manifestación en Madrid, frente al Ministerio de Agricultura, a la que están llamados principalmente los agricultores de León y de Salamanca, que son los más afectados.

La nueva PAC, a propuesta de Francia, pretende imponer cada año el cambio de cultivo en todas las parcelas de la explotación. Es decir, que un agricultor no pueda sembrar dos años seguidos maíz cuando gran parte de los agricultores lo tienen incluso prácticamente como único cultivo. La razón para cambiar este aspecto en la PAC es medioambiental, algo en lo que discrepa ASAJA porque “no cansa el terreno”. “Hay fincas que llevan 40 años sembrando maíz encima de maíz y cada vez dan mayores producciones”, asegura José Antonio Turrado, secretario general de ASAJA León. Ahora mismo el maíz ya tiene una limitación: solo puede se puede sembrar el 75% de la explotación.

En la provincia de León el maíz es el principal cultivo con 78.500 hectáreas sembradas este año. Salamanca es la segunda de Castilla y León, con 17.646 hectáreas según la PAC de 2021, y en esta provincia es el principal cultivo de regadío.

Turrado lo resume: es un cultivo “fácil”, con apenas plagas y enfermedades, “agronómicamente funciona muy bien”, las fincas no se cansan por repetir y el mercado lo demanda. “Hay muy pocas razones para sembrar otras cosas”, dice el secretario general de ASAJA León. Explica además que mientras la media de rendimientos en el centro de Europa es de 7.500 kilos por hectárea, en Castilla y León las parcelas obtienen entre 10.000 y 15.000. El año pasado fue producción récord en Castilla y León, con una media de 12.734 kilos por hectárea.

El agricultor tendrá que buscar otro cultivo de regadío alternativo y no es fácil. “Se puede ir al trigo pero se siembra el otoño y el maíz, en primavera, no son los mismos ciclos -advierte Turrado-. Está la remolacha pero muchos no la quieren sembrar; la alfalfa, que funciona muy bien, pero vinculada a la ganadería de vacuno de leche y si ponemos más hectáreas saturamos el mercado; lo mismo ocurre con la patata... En cambio todo el maíz que no se produzca aquí vendrá de Ucrania y de Estados Unidos y a lo mejor el que nos viene es transgénico. Y si aquí no nos dejan producirlo, ¿por qué puede venir de fuera?”, se pregunta.

Ahora mismo España compite con su maíz con el resto del mundo y el agricultor obtiene una rentabilidad que le permite amortizar la obra de regadío, algo que no le garantizan el resto de cultivos. Las comunidades de regantes de Salamanca están muy preocupadas.

ASAJA pedirá en la manifestación del próximo día 15 que el Ministerio fuerce que el maíz sea una excepción en esa rotación propuesta. Defiende que medioambientalmente es un gran cultivo porque apenas necesita ser tratado y “no se conoce techo en sus producciones. Es un cultivo sostenible porque nos permite producir cada vez más con menos”, defiende Turrado. “Nos va a obligar a sembrar cultivos con peores rendimientos”, advierte.

En Salamanca cada vez son más los agricultores que ven en el maíz el cultivo ideal para el regadío. En 2021 se sembraron 17.646 hectáreas cuando en 2018 eran 15.973,95. Nada que ver con otros cultivos que podrían ser alternativa en regadío: en Salamanca hay 3.821 hectáreas de patatas y 1.447 hectáreas de remolacha.

Ahora en máximos históricos de octubre (262 euros la tonelada) en los últimos años el precio que más se le aproxima en esta fecha es el de 2007, cuando cotizaba a 247, 15 euros menos que ahora.

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