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Se llama Juanma Benito y es hijo de Juan, de Gallegos de Argañán, y de él ha aprendido lo que sabe de ganadería. Empezó a trabajar a los 19 años, cuando decidió que los estudios no eran para él, y ahora tiene ganado vacuno, ovino...y cerdos ibéricos, que reconoce que son sus favoritos.
“El cerdo es lo que más me gusta porque da tranquilidad. Cuidarlo cuando llega este tiempo es como dar un paseo por el campo y es tu modo de vida. El cerdo además es un animal que viene a tu lado, que lo ves nacer... No es como una vaca”. Por este mimo, sus cerdos son muy valorados en el mercado.
¿Le da pena cuando llega el momento de matarlos?
Pues sí. Ese día no es fácil porque los has criado, los conoces bien... Pero también sabes que es tu modo de vida.
¿Qué le diría a un animalista?
Me gustaría que viviera en el campo porque desde las ciudades no se ven las cosas igual, cómo posiblemente yo tampoco vea las cosas desde el punto de vista de la ciudad. Esto no tiene nada que ver con una macrogranja. Un cerdo, igual que un toro de lidia, se cría para lo que se cría y si no, desaparece. El burro estuvo mientras fue necesario para arar el huerto, tirar del carro... cuando no, desaparecen. ¿Guardamos todos los animales en el zoo? Cada animal tiene un ciclo de la vida y un destino: nosotros los cuidamos y tenemos nuestro corazón. A lo mejor, no lo sé, a mi me gusta lo que hago pero mi vida para los animalistas tampoco es una maravilla.
¿Cambia mucho su vida cuando empieza la montanera?
Cambia porque es más jaleo. El cerdo tiene que comer y tienes que estar pendiente. Todos los días los careo hacia el cercado al que más les cuesta llegar para que coman. Al principio de la montanera los llevas a zonas más lejanas porque luego cuando están gordos les cuesta alejarse de la cama.
¿Clave de la montanera?
Mi padre dice siempre que hay que entonar a los marranos. El secreto es la entrada. Si entran bien y le das el pienso que necesitan los primeros días, luego comen bellota y ya no quieren el pienso. Si no, y les echas más pienso o les hace daño la bellota, a lo mejor se te pasa un mes y ahí pierden, no reponen lo que deberían. Hay que mirar las necesidades de los cerdos, saber si tienen hambre o no. Si hay menos bellota, como el año pasado, moverlos más. Suele sobrar.
¿Cómo lo sabe?
Observando. Por ejemplo, si llegan al coche con desgana, sabes que han comido. Es mirarlos.
¿Los cerdos dominantes dejan comer al resto?
Sí, les dejan. Son animales familiares, van en grupos, con sus jerarquías. Si llega uno de otro grupo es cuando le pueden morder. Los nuestros se crían juntos desde pequeños y cada uno tiene su grupo de ‘amigos’.
¿Cuál es la mejor hora para encontrarlos juntos?
Son de costumbres. Si sale el sol, andan por la finca. Lo normal es que a las 5 de la tarde estén todos cerca de la majada porque han dado la vuelta entera a la finca.
¿Es rentable la cría de ibérico?
Las cuentas del marrano no se pueden ver al año sino a los 5. En ese periodo siempre hay un año que es lo comido por lo servido y llegas a perder dinero. Nosotros siempre tenemos los mismos cerdos a la bellota, unos 450, valgan mucho o no. Si los quitas cuando no valen, luego no los tienes cuando si. Al final la rentabilidad es cantidad.
¿Ya tiene cerrado el precio?
No, hasta San Andrés. Ahora estarán hasta Navidad en la finca y pondrán 80-90 kilos. Nos gusta sacarlos en esa fecha, con 170/180 kilos, porque a partir de ahí la bellota empieza a avellanar, pierde propiedades y no comen igual. Nos gustan grandes.
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