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Jueves, 28 de enero 2021, 17:13
Para la socorrida pregunta sobre si la lluvia de los últimos días o incluso el tiempo que ha hecho desde que comenzó el año es bueno para el campo, la respuesta que darían la mayoría de agricultores es que sí. Los ganaderos ponen más matices, sobre todo porque el hielo arrasó con gran parte de la hierba y tardará en recuperarse y ahora su dependencia del pienso es muy grande.
En cambio, los agricultores de secano están de enhorabuena. Primero por la nieve, luego por el frío que logró la ansiada “parada invernal” para el cultivo y, ahora, por las lluvias. Nicolás Armenteros, director técnico de legumbres de calidad como la “Lenteja de La Armuña”, “Garbanzo Pedrosillano” o “Garbanzo de Fuentesaúco” y gran observador meteorológico, explica que las heladas fortalecen raíces, limpian de hongos y consiguen que la estructura del suelo mejore. “Con lo que ha llovido por ahora es suficiente. Ahora son abril y mayo los que, como dice el refrán, hacen el año”. Tanto precipitaciones como temperatura han sido, en su opinión, las adecuadas para los cultivos y suelos.
El cereal está en un gran momento gracias a que las precipitaciones han dejado en buena parte de Salamanca más de 20 litros por metro cuadrado entre lluvia y nieve.
Los agricultores de regadío, sin embargo, empiezan a estar cansados de este tiempo que no da tregua y que les impide comenzar a preparar las tierras para las siembras. Como parte positiva ven que ahora mismo tampoco hay prisa, que tienen margen al menos durante todo febrero para aplazar esas labores, y que embalses como Santa Teresa, principal para el riego, se encuentra con el máximo de agua posible, lo que les garantiza la campaña de regadío que comienza el 1 de abril.
Luego ha habido agricultores que sí se han visto afectados negativamente por estas condiciones, sobre todo aquellos, que los hay aunque contados, que aún no han recogido las patatas. Lo iban dejando porque el precio bajaba y, llegado un punto, no han mostrado ya ninguna prisa porque tenían claro que su destino iba a ser la alimentación de las ovejas. Ahora les han sorprendido las precipitaciones.
Quedaban también tierras de maíz sin cosechar, pero muy poco significativas. Ellas se llevaron la peor parte porque el viento lo tumbó y eso prácticamente hace imposible su recolección. Afortunadamente con cultivo en la tierra había muy pocos agricultores, porque también se había recogido ya la práctica totalidad de la remolacha gracias a que el tiempo acompañó en noviembre y diciembre para su recogida.
Uno de los que aún tiene la remolacha en la tierra es Jaime García, de Aldearrubia, que tiene que entregar en la fábrica de La Bañeza unas 200 toneladas. Tenía contrato con Acor, también con Azucarera para esta fábrica leonesa y lo que no se esperaba es, como reconoce, estar a estas alturas de mes sin entregarla.
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