Las heladas de los últimos días preocupan a los agricultores por sus efectos en los cultivos, una vez que se han detectado los primeros daños en patatas tempranas y frutales. En colzas existe temor por las consecuencias que puedan tener en ellas las bajas temperaturas y lo que se aprecia en cereal, según indicó el agricultor Jesús Escudero, son hojas amarillas, como consecuencia del efecto de hongos.
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La Junta de Castilla y León, a través del Instituto Tecnológico Agrario -ITACyL- publicó este jueves un aviso en el recomienda a los agricultores atención a sus parcelas por la detección de vuelos de adultos de oscinella en cereal, con especial atención si se observan asociados a cebada, y de presencia de trips en parcelas de trigo. La oscinella es una mosca muy pequeña (1,5-2 mm) capaz de volar hasta 30 kilómetros al día. Daña tallos y luego las larvas se alimentan del grano en formación. En cuanto al trips, se trata de pequeños insectos que atacan a las espigas de trigo, triticale y centeno y, en ocasiones, también a cebada y a otros cereales.
El cereal que mejor está es el que se sembró temprano y existen muchas diferencias entre parcelas, según señaló el agricultor Hermógenes Terradillos, que reclama más lluvia y temperaturas entre los 18 y 20 grados. «Este frío es criminal».
No para la lenteja, que inicia su mes clave, que es mayo, en buenas condiciones. Según explicó Nicolás Armenteros, director técnico de la IGP de la Lenteja de la Armuña, el hecho de que la siembra fuera más tardía que otros años retrasó la floración y, sin ella y en general, el posible daño por el hielo. Ahora lo que le podría perjudicar sería una ola de calor más que la falta de agua, señaló Armenteros. «El aspecto es bueno aunque hay zonas algo amarillentas por el frío», dijo.
En cuanto a los garbanzos, se sembraron este año tarde, de ahí que no les haya afectado. Hay daños en pistachos, pero no en cerezas en municipios muy productores como Sotoserrano, donde no ha helado.
En cuanto a las patatas, sí hay daño en las tempranas. Este año se ha retrasado la siembra como consecuencia de las lluvias y ha sido en estas dos últimas semanas cuando han terminado de sembrarse. No existe preocupación porque el cultivo no se desarrolle como debería porque en Salamanca las siembras habituales son desde San José hasta San Isidro. «Ha habido años en los que se ha sembrado a primeros de junio y si el tiempo acompaña, no se ha notado una merma de producción», señaló José Blázquez, gerente de la cooperativa Aranpino.
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Ahora en el mercado nacional abundan las patatas de Israel y Egipto, aunque se han recogido ya las primeras de Cartagena (Murcia) y Sevilla. Fuentes del sector confían en que, igual que ocurrió el pasado año, se exporte patata española en julio y en los primeros días de agosto por la siembra más tardía de otros países europeos. Según el avance de superficie del Ministerio de Agricultura correspondiente a febrero, en Salamanca esta campaña hay 1400 hectáreas de patata de media estación y fueron 1550 en 2023 y 1430 en 2022. Este año los costes se han incrementado por la semilla.
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