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La recomendación del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para la lucha preventiva contra la enfermedad hemorrágica epizoótica -EHE- es el uso de insecticidas pero poner el producto en el lomo de animales que están en el campo, en extensiva, no es sencillo.
Antonio Sánchez, un ganadero de Boadilla, decidió en el año de la pandemia, en 2020, instalar en su explotación un cepillo rascador con depósito para productos desinsectantes que se fabricó él. Su uso es muy frecuente en explotaciones de vacuno de leche y este ganadero, socio de la cooperativa Cobadu, lo había visto también en algunas de lidia. Ahora, desde agosto, cuando aparecieron los primeros casos de EHE en la provincia lo utiliza para combatir esta enfermedad.
Después de su experiencia asegura que las vacas de campo acuden allí a rascarse. Una vez que lo hacen tocan una válvula del cepillo por donde sale el desinsectante, que cae en su lomo a medida que ellas disfrutan de ese momento.
Antonio Sánchez asegura que este sistema le ha resultado muy eficaz para combatir las garrapatas. «Funciona -explica-. Lo hice para ver si daba resultado de cara a la primavera y las garrapatas y fue que sí. Antes tenía que meter a las vacas una o dos veces para darles productos antiparasitarios por el lomo y desde que puse el cepillo no les he vuelto a echar. Simplemente tocan y cae el líquido. A veces, lo único, se lo he tenido que bajar por añojitas que no llegaban».
En este tiempo Antonio ha comprobado que a las vacas les gusta mucho rascarse aunque en esta época también ha visto que acuden algo menos.
No sabe si es por eso por lo que no se ha librado de casos de EHE -ha pinchado 5 vacas y un toro- o por el producto que se utiliza contra esta enfermedad. Lo que tiene claro es que no les retira el rascador durante todo el año y que a los animales les gusta mucho utilizarlo.
Antonio, como el resto de ganaderos de Salamanca, vive con la preocupación de la EHE. Ahora tiene una vaca enferma, que afortunadamente parió un ternero sano pero que ha estado unos 12 días sin comer. Ahora no sabe las secuelas que le quedarán.
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