Secciones
Destacamos
El balance del año desde el punto de vista de los intereses agrarios de la provincia de Salamanca tiene sombras y algunas luces. Por comenzar por estas últimas, destacan los buenos precios del vacuno para carne, tanto machos como hembras y tanto animales jóvenes como mayores. No obstante, hay que poner un «pero». Es verdad que las cotizaciones han sido históricas, lo nunca visto, pero también es cierto que ello se ha debido a que hay menos animales para vender por la reducción de la cabaña ganadera de los últimos años, que ha provocado una disminución de la oferta y también de los ingresos de los ganaderos por esta vía, que, eso sí, se ha visto compensada por el aumento de precios. Si sumamos esta caída de la oferta con el tirón de las exportaciones a países del norte de África, el famoso «barco» que se ha multiplicado, pues nos explicamos la situación que se ha registrado en el mercado. Todo apunta a que durante las primeras semanas del año las cotizaciones van a continuar en estos niveles elevados.
En lo que respecta a las sombras hay que destacar la evolución de los precios de los cereales. Y es que, como me decía un agricultor hace poco más de un mes, las cuentas no han salido. Es verdad que la cosecha fue mejor que la de 2023, en el caso del trigo y la cebada, pero también es cierto que los precios se han situado en niveles muy bajos, justo cuando los cerealistas venden la mayor parte de su cosecha. Aunque los costes de producción han bajado algo, ni esto último ni la mayor cosecha han servido para equilibrar las cuentas. En resumen, que las cifras no han salido ni este año y tampoco en 2023. Hay quien está pensando en el abandono de la actividad agraria con carácter general, y en el caso de los cerealistas, hay quien piensa en cambiar de cultivos, suponiendo, claro, que tenga alternativa. A todo ello se añade ahora la plaga que está afectado a las parcelas sembradas de trigo en una buena parte de Castilla y León, según se encargó de alertar el ITACYL hace unas semanas, para la que no existe tratamiento autorizado.
Y aquí llegamos a uno de los nudos gordianos de la cuestión: las trabas que se ponen a la actividad agraria desde Bruselas, completadas por lo que hacen los Estados miembros luego. Estamos hablando de lo que llamo «hiperregulación» que asfixia a los agricultores y ganaderos, dejándolos, por ejemplo, sin principios activos para combatir las plagas en el caso de los cultivos. Desde la Comisión Europea dicen que han tomado nota de las protestas que tuvieron lugar a principios de año y de las reivindicaciones de la gente del campo. Pero la verdad es que eso no se ha notado mucho a lo largo de los últimos meses. Esperemos que el año nuevo nos traiga mejores noticias. De momento, ¡Feliz 2025!
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.