Rusia anunció este lunes poco después de que se celebrase la mesa de cereales en Salamanca, que se acababa la prórroga del acuerdo para que Ucrania pueda exportar cereales a través de los puertos del mar Negro. En principio, a la espera de la reacción en los mercados internacionales durante las próximas horas, y, en teoría, esta decisión debería tener repercusiones positivas para los agricultores cerealistas españoles, en forma de subidas de precios. Por el contrario, para los ganaderos será malo por eso mismo, porque aumentarán los gastos para hacer frente a la alimentación animal y sus costes de producción. Pero, repito, esta es la teoría, porque habrá que ver lo que pasa.
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Esta decisión rusa llega en un momento en el que se está recogiendo en Castilla y León la escasa cosecha de cereales de otoño invierno de este año y, a pesar de ello, las cotizaciones de trigo y cebada (también de maíz) están orientadas a la baja de forma clara.
Ello se debe en gran parte a la abundante oferta de grano que hay en los puertos comprado a precios más bajos de los que se registran en el mercado interior. Una parte significativa de esas partidas adquiridas en el exterior han llegado de Ucrania, ya que España se ha convertido en el segundo comprador de cereal a este país durante el tiempo que ha estado en vigor el acuerdo, por detrás de China. Hay que recordar que el citado pacto entró en vigor en el verano del año pasado y fue a cuatro bandas: Rusia y Ucrania, bajo los auspicios y la mediación de la ONU y de Turquía,
Las autoridades de Moscú lo venían advirtiendo desde hace tiempo: no se está cumpliendo la parte que más interesaba a Rusia del pacto. Se trata en definitiva de lo que afectaba a sus exportaciones de cereales, oleaginosas y también de fertilizantes, así como como la reconexión de su banco agrícola al sistema internacional de pagos.
Ya habían amenazado con abandonar el acuerdo en las ocasiones anteriores, cuando se negociaban las otras prórrogas. No lo hicieron, pero ahora sí. Es importante destacar que dejan abierta una puerta a la esperanza, porque han dicho que en el momento que se cumplan sus exigencias, volverían a aplicar el acuerdo.
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Se ha despejado, por lo menos de momento, una de las incógnitas que pesaban sobre el mercado de los cereales, tanto a nivel mundial, como del interior español. La semana pasada las cotizaciones de los cereales de nueva cosecha estaban en España mucho más bajas que hace doce meses (alrededor de un 30 por ciento de caída media).
Pero hay que tener en cuenta que un año atrás los precios se situaban en los niveles más elevados de toda la historia y que todavía no se había alcanzado el acuerdo que abrió la manguera de las exportaciones desde Ucrania, que ahora se han vuelto a cerrar. Con un añadido, los costes de producción de esta campaña han sido los más elevados de toda la historia.
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