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Es verdad que ya se han despejado algunas incógnitas de cara a la nueva legislatura del Parlamento Europeo (PE), como la continuidad de Ursula von der Leyen al frente de la Comisión Europea y la composición de las diferentes comisiones parlamentarias (en la de Agricultura habrá cuatro españoles y ninguno de Castilla y León). Sin embargo, ha surgido una nueva y muy importante: ¿en qué forma se desarrollará el programa que ha anunciado la política alemana? Me explico. Von der Leyen ha logrado, a la hora de revalidar su puesto, una apoyo superior al que consiguió en 2019, por lo que se ha felicitado, pero eso es un tanto engañoso. Además de los populares, los socialistas y de los liberales, ha recogido también el apoyo de los verdes a base de prometer a cada uno lo que quería oír. Pero, ¿qué sucederá cuando llegue el momento de dejar de predicar y haya que pasar a dar trigo? Porque, por ejemplo, lo que defienden los populares y los verdes en materia de aplicación del Pacto Verde es muy diferente, por no decir contrapuesto.
Se hace camino al andar, como decía el poeta, y lo iremos viendo en los próximos cinco años que componen esta nueva legislatura, durante la que la Comisión Europea de la amiga Ursula deberá proponer un nuevo Marco Presupuestario de la UE para el periodo 2028-34, incluido el dinero para financiar la PAC. También tendrá que presentar una propuesta sobre la nueva PAC. En ambos casos, la última palabra corresponderá al Consejo de Ministros y al Parlamento Europeo. De ahí el importante papel que van a desempeñar los eurodiputados en ambas cuestiones. Pero no son las únicas en los que los recién elegidos van a tener que decir algo así como «aquí estoy yo». Hay muchos temas medioambientales encima de la mesa, con importantes repercusiones para el sector agrario, desde las autorizaciones de pesticidas hasta la aplicación de la normativa sobre restauración de la naturaleza, pasando por la protección al lobo, por poner tan solo unos ejemplos.
Dicho lo anterior, conviene destacar también algunas de las pistas que ha dado von der Leyen sobre su programa para el campo, entendido en sentido amplio: continuará adelante con la aplicación del Pacto Verde; está empeñada en reducir la carga burocrática y el peso del papeleo que soportan los agricultores y ganaderos, una de las principales reivindicaciones de estos últimos; por último, y sin animo de ser exhaustivo, quiere que el sector agrario europeo sea más competitivo frente a países terceros. Y ahí viene el dilema o el reto, porque ¿cómo pueden ser competitivos los agricultores de aquí cuando tienen que hacer frente a un aumento de los costes de producción como consecuencia de las exigencias impuestas por el Pacto Verde? Ahí está la madre del cordero, que deberán resolver la amiga Ursula y su equipo.
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