Los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE se reúnen esta semana en Bruselas. Entre otros objetivos de este encuentro figura redactar la lista de deberes que se transmitirán a la Comisión Europea que se forme tras las próximas elecciones al Parlamento Europeo. Hace cinco años el mandato que se dio al Colegio de Comisarios fue que se pusiesen las pilas en eso que se llamó la «transición a una economía más verde». Y de ahí salió el «Pacto Verde», que ha impregnado casi toda la legislatura que está a punto de terminar, incluida la nueva PAC, hasta que a finales del año pasado se vieron los errores que se estaban cometiendo y la propia presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, decidió dar marcha atrás, por lo menos en parte. Las últimas movilizaciones de agricultores y ganaderos han contribuido a que se cambien algunos de los desaguisados cometidos con anterioridad. Ahí está esa simplificación de ciertos requisitos de la PAC, que debería aprobar el Parlamento Europeo la próxima semana, en su última sesión plenaria.

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Pero, antes de eso, durante la segunda parte de la actual, los Jefes de Estado y de Gobierno deberán perfilar el mandato que se otorgue al próximo Colegio de Comisarios, que ellos mismos designarán entre junio y julio. Y es importante estar atentos para ver los derroteros que toma la cosa. De momento, y según lo que se ha filtrado desde Bruselas, pretenden dar un impulso a la reindustrialización de los Estados miembros y también garantizar la soberanía y la seguridad alimentaria de la UE, para lo que es imprescindible la PAC. Todo hace pensar que los objetivos verdes fijados hace cinco años han pasado a un segundo plano, a la vista de lo sucedido en este último quinquenio, que ha sido mucho y muy importante. Primero, llegó la pandemia y, luego, la invasión de Ucrania por parte de Rusia, que provocó una subida importante de los precios de muchos productos agroalimentarios básicos y, en ciertos momentos, algunos problemas de abastecimiento.

Además, se ha podido constatar durante este periodo de tiempo que esa transición verde con sus condicionantes medioambientales supone mayores costes para los agricultores y ganaderos, que deben trasladarse a los consumidores; al mismo tiempo, también traen consigo una reducción de la producción y un incremento de la dependencia alimentaria del exterior. De ahí las orientaciones que se pretenden introducir en el programa de trabajo que se fije para la próxima Comisión Europea, que pasaría también por otro hecho fundamental: crear una vicepresidencia dentro del futuro Colegio de Comisarios, que se ocupe, no solo de la PAC, sino de lo relacionado con la agroalimentación en un sentido más amplio. Y es que el actual comisario de Agricultura ha pintado muy poco, por no decir nada, en esta legislatura. Ya veremos si todo lo anterior se plasma en la realidad.

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