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Hace 39 años... y los «sablazos» de Planas (I)

Martes, 26 de septiembre 2023, 11:30

Escribo esta columna a la caída de la tarde del lunes 25 de septiembre. Justo a esta misma hora, hace 39 años, en 1984, estaba reunido, junto a una decena de periodistas y corresponsales españoles en Bruselas, con Manuel Marín, entonces secretario de Estado para la Comunidad Económica Europea (CEE) y su equipo. Nos informaba del desarrollo de la sesión de negociación que había tenido lugar horas antes con la Comisión Europea, para pactar la entrada de España en el club comunitario. Terminó, como las anteriores, y como algunas de las posteriores, en fracaso. Así, hasta finales de marzo de 1985, cuando se alcanzó el acuerdo político, que desembocó en la firma del Tratado de Adhesión de España a la CEE. Recuerdo que ese fue mi primer viaje a Bruselas, al que luego sucederían muchos más a lo largo de estas casi cuatro décadas. Y recuerdo también que el capítulo agrícola era la principal dificultad que existía entonces para el avance del proceso negociador. Hasta tal punto fue así, que se cerraron todos los demás (salvo el institucional, ya que era obligatorio dejarlo el último) y, cuando solo quedaba el del campo, los de Bruselas y los diez Estados miembros de entonces, nos pusieron entre la espada y la pared y nos dijeron algo así como «lo toma o lo deja». Evidentemente lo tomamos a costa de que el capítulo agrícola se quedó casi sin abordar, se firmó en barbecho, y, después, hubo que ponerse a cerrar lo que entonces se llamaron «los flecos», que eran más bien cortinones imposibles de mover.

Desde entonces, las cosas han cambiado mucho en el campo español. Podría poner muchos ejemplos, pero bastará con uno: entonces el comercio de productos agrarios estaba sometido al régimen de comercio de estado, es decir, no se podía exportar o importar libremente. Yo no podía imaginar entonces que 39 años después la principal preocupación de aquella Política Agraria Común (PAC), que entonces considerábamos un modelo a imitar, iba a ser la medioambiental y no la productiva y que existirían unos instrumentos llamados ecorregímenes, por los que llegaría una parte de las ayudas directas a los agricultores y ganaderos de nuestro país. Tampoco podía imaginarme que un joven diputado español entonces, de nombre Luis Planas, seguiría casi cuarenta años más tarde subido al carro de la política y cobrando un sueldo y varias pensiones con cargo a nuestros impuestos, además de ser ministro de Agricultura. Efectivamente Planas, que ha vuelto a dar un sablazo a la mayor parte de los agricultores y ganaderos que se han acogido a los ecorregímenes, era entonces un ferviente admirador de Felipe González y Alfonso Guerra, bajo cuyo paraguas había sido elegido diputado por Córdoba en 1982. Ahora Planas se ha pasado con armas y bagajes a Pedro Sánchez, tan criticado por los dos padres del socialismo moderno en España. Cosas que pasan. Como las muchas que han sucedido en el campo español, cuyo análisis es fundamental para intentar adivinar lo que está por venir en los próximos años. (Seguirá).

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