Los ataques del lobo siguen causando estragos en Salamanca

La Junta asegura que el nivel de daños al norte del Duero aumentó desde su protección en 2021

Susana Magdaleno

Salamanca

Martes, 26 de septiembre 2023, 06:45

Los daños del lobo siguen Salamanca y este año 2023 desde enero a junio se han producido en la provincia 75 ataques que han acabado con 95 cabezas de ganado, de ellas 39 de vacuno y 56 de ovino. El número de bajas en bovino es ya superior a la cifra de 2019 (cuando durante todo el año fueron 34) y también ya son más el número de ataques a vacuno y ovino que entonces (fueron, respectivamente, 27 y 31 pero en los 12 meses).

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En Salamanca desde el año 2015 y hasta el primer semestre de 2023 el lobo ha acabado con 2.788 cabezas de ganado. De ellas, la gran mayoría, en concreto 2.126, de ovino; 600 de vacuno; 73 de porcino; 5 de caprino y 4 de equino. En el periodo 2015-2022 la provincia salmantina fue la cuarta más castigada por el lobo con 2.713 cabezas de ganado muertas. Encabeza esta clasificación Ávila, con 10.751 animales muertos por el lobo; y le siguen Segovia con 5.710 y Zamora con 5.563. Por detrás de Salamanca está León, con 2.469.

En 2021 fue cuando el Gobierno de España prohibió medidas de gestión del lobo para el control de los daños con su inclusión en el Listado de Especies Silvestres de Protección Especial -LESPRE- y es un año después, en 2022, cuando se producen la cifra más alta de siniestros del periodo 2015-2022. En concreto en Castilla y León se superan por primera vez las 5.000 reses muertas por ataques de lobo: termina el año con 5.104.

Esa cifra récord corresponde, según indica la Junta de Castilla y León en un informe, solo a animales que se pudieron certificar como muertos por lobo, sin incluir aquellos considerados con muerte «indeterminada» por los agentes medioambientales ni los que el ganadero no pudo localizar tras el ataque.

Salamanca no fue ajena y cerró 2022 con unas cifras de bajas de 419 ejemplares, y un incremento del 103% con respecto a 2019.

La Junta mantiene en su informe que el nivel de daños al norte se ha incrementado desde el año 2021, que es cuando se prohíbe la gestión del lobo en forma de cupos de caza o controles poblacionales. En comarcas al sur del Duero los daños parecen haberse estabilizado pero afirma que son unos niveles tan elevados que son incompatibles con un desarrollo de la ganadería extensiva.

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En Ávila el número de manadas de lobos era de 6 en el periodo 2012-2014 y aumentaron a 10 en 2019-2020. Allí se producían casi el 45% de ataques al lobo a nivel regional con protección del lobo estricta y control de animales en caso de exceso de daños a la ganadería en determinadas zonas. Una vez incluido el lobo en el LESPRE se mantienen los ataques de lobo en esa provincia pero aumentan en el resto de la comunidad y Ávila pasa a representar el 34% de ataques de Castilla y León en 2021 y en 2023 ese porcentaje se reduce al 29%.

En el caso de Salamanca en 2023 se aprecia en los seis primeros meses un descenso de bajas en ovino, con casi desaparición de ataques en la zona de Almendra, que había sido muy golpeada en 2022. Además de la disminución de rebaños, los ganaderos encerraron a las ovejas de noche incluso en verano, que es cuando más comen y que es una de las bases de manejo de la ganadería extensiva. Ahora apenas los hay ya encerrados.

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En Castilla y León en el periodo 2015-2021 el lobo mató 24.949 cabezas de ganado, hirió a 1.727 y las cabezas desaparecidas fueron 535.

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