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Miércoles, 10 de noviembre 2021, 09:41
La gripe aviar y la peste porcina africana son dos de las enfermedades animales que más preocupación generan entre los ganaderos por sus consecuencias de cara a la exportación y por la necesidad de reforzar las medidas de bioseguridad. En lo que respecta a la primera, son varios los Estados miembros de la UE que han registrado focos en la actual temporada del virus (que comenzó el 1 de julio). Uno de ellos es Francia, que ha ido elevando progresivamente su nivel de riesgo, que desde el 5 de noviembre ha pasado a ser “alto”.
La decisión de elevar el nivel de riesgo en el país se ha tomado a la vista de la rápida evolución del virus en Europa, según han señalado desde el Ministerio de Agricultura francés. De acuerdo con sus datos, desde principios de agosto se han confirmado 130 casos de gripe aviar en Europa, considerando los detectados en aves salvajes y domésticas. Alemania es uno de los países más afectados, con 45 casos de H5N1 notificados. El virus está presente también en Italia (seis focos en explotaciones de pavos) y en Holanda (otros seis focos), donde se ha ordenado que todas las explotaciones avícolas mantengan a los animales en el interior. En Francia se han confirmado tres casos y el paso a riesgo “alto” implica asimismo que todas las aves se mantengan a cubierto sea cual sea el tamaño de la explotación.
En España no se han registrado focos esta temporada (se dieron dos casos en aves salvajes en febrero) pero el Ministerio de Agricultura ha alertado de que la detección de la enfermedad en aves silvestres en el norte de Europa desde septiembre, en contraste con años anteriores, puede indicar que existe riesgo de entrada del virus en las granjas de aves de corral, no sólo desde las aves silvestres que migran a Europa en otoño e invierno, sino también desde aves silvestres residentes en Europa.
En estas circunstancias, ha insistido en la necesidad de reforzar las medidas de bioseguridad en las explotaciones avícolas, especialmente en evitar el contacto directo e indirecto con aves silvestres, así como reforzar la vigilancia pasiva tanto en explotaciones avícolas como en aves silvestres, notificando a los servicios veterinarios oficiales cualquier sospecha de enfermedad.
Por su parte, la peste porcina africana continúa muy presente en buena parte de Europa, especialmente en los países del este. Desde principios de año se han confirmado más de 1.600 casos en cerdos domésticos (de los que unos 1.400 se han detectado en Rumanía) y cerca de 10.000 en jabalíes (principalmente en Hungría, Polonia, Alemania y Eslovaquia). En la última semana de octubre se confirmaron 30 casos en explotaciones porcinas, la mayoría en Rumanía.
La presencia de esta enfermedad en la UE no solo impacta en los Estados miembros que la padecen sino en el mercado del porcino en toda la Unión (que tiene que absorber los volúmenes no exportados por los afectados, principalmente Alemania, que tienen cerradas las fronteras de países terceros clave, como China). A esa situación se suman unos elevados costes de producción. A pesar de ello, la Comisión Europea considera que no está justificado intervenir en este mercado, tal y como señaló el comisario europeo de Agricultura, Janusz Wojciechowski, en la última reunión del Consejo de Ministros de Agricultura de la UE.
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